Cómo entregar un producto seductor
Por Andrés Muir (*)

 

Me permito informarles a todos aquellos quienes piensen despedir al viejo milenio el día 31 de diciembre de 1999, que deberán postergar el festejo un año. O acaso, la historia del hombre comenzó en el año cero...

Cuántas veces imaginamos las cosas en abstracto sin meditarlas en su fondo más racional. Y así puede suceder con el sonido de la radio, que no es uno sólo. Son dos sonidos que hacen a un todo. ¿Cómo? Le explico. Un componente depende de la calidad del audio. El otro, de su programación textual y musical, tal como estén estratégicamente diseñadas e implementadas en el aire para darle personalidad y presencia a la emisora.

En definitiva, un código característico que le permita ser identificada rápidamente en el dial, aunque el oyente no escuchara identificación alguna.

 

En la nota anterior habíamos comenzado con nuestra primera torta horaria. Ubicamos sus puntos de referencia, las tandas, los bloques y sus tiempos de comunicación oral y programación musical. Recordemos que estamos armando un espacio informativo en FM en el horario de 07:00 a 08:00 horas.

Nos quedaba pendiente la forma en que debíamos insertar la música y el modo de aplicar el fundamento ético y estético de la parte textual. Para que el contenido oral sea equilibrado en todos sus segmentos de conducción, notas, editorializaciones, presentaciones especiales, títulos y desarrollos, entre otros, debemos ofrecerlos con sus tiempos adecuados.

En toda relación intimista como la que se produce entre la radio y el oyente, la primera, debe entregarle al segundo un producto seductor.

Para ello, la emisora debe respetar, en todo momento, su diagramación proyectada a través de su coordinación y puesta al aire en el estudio-control, el cual constituye un verdadero termómetro de audiencia.

Vayamos por orden de aparición, como en el teatro, después de todo: la radio, ¿ no es el teatro de la mente ?

Comenzamos con una apertura en la que invertiremos todo nuestro tiempo para vender los ingredientes más sabrosos, priorizando lo esencial.

Nuestro conductor podrá hacerlo cómodamente en un minuto y medio incluyendo, a modo de menú, una edición corta de una nota (la parte más fuerte), un personaje saludando en llamado en espera y principales títulos, variando convenientemente a diario la forma de presentación.

Este es el momento adecuado para un tema musical cuya duración promedio ronda los tres minutos y medio.

Tal componente ayudará al oyente a prepararse para poder digerir lo que sigue, a relajarse y a subir el volumen, si la canción es de su agrado. No obstante, seguramente en todos los casos, su atención quedará atrapada en las cuerdas del conductor, hablo de las cuerdas vocales, claro. Éste desanunciará la canción y comenzará a manejar todos sus elementos de conducción y producción.

Y aquí reside lo fundamental. No lo hará en una misma dirección.

Como en el fútbol, rotará y cambiará de posición. Como si él mismo hiciera zapping, pasará de una cosa a la otra, quizás interconectadas éstas entre sí o no, pero lo importante para mantener la sintonía de la gente será ese movimiento constante: un título, un llamado, un desarrollo corto, una pequeña artística auspiciada para vender su editorialización, un comentario breve y certero de un columnista (quizás como éste), un hth, un móvil, presentación del deporte, un extracto de una nota realizada anteriormente, etc, etc, etc.

Así permitirá al oyente participar activamente de una rara paradoja de estos tiempos mediáticos, en los que obviamente por formar parte ellos, la radio como sucede con toda empresa, si no maneja eficazmente un matiz algo paranóico no subsistirá (disparador de debate,¿ verdad ?).

Pero entonces: ¿ qué busca la audiencia , y en qué forma lo que quiere ?

Primero estar informada. La información pareciera ser moneda fuerte, pero también puede convertirse, por su tratamiento, en tediosa, intrascendente y muchas veces, desde su origen poco creíble.

El conductor, con buen ritmo, podrá plasmar la paradoja. Permitirá que su público no permanezca mucho tiempo en un mismo punto y a la vez, que preste mayor atención a cada hecho aislado.

La audiencia estará enterada de todo o bien de nada, pero podrá quedarse para sí con esa opción: la que su radio está ofreciéndole con ética y estética acordes a la época en que nos toca vivir. Éste es el desafío contra los antigüos y largos parlamentos.

Terminará el primer bloque con la tanda.

Al salir de ella, premiaremos la atención con un excelente tema musical y a la salida del mismo iniciaremos un nuevo camino con una diferente rotación de elementos de conducción y producción.

No dejen de enviar sugerencias, consultas y también sus propias tortas horarias a RTA o por correo electrónico: muir-ink@netex.com.ar

Gracias por la onda.

 

* Director de programación, consultor artístico y comercial.