HENOCH AGUIAR EN LAS SESIONES ACADEMICAS

Amplia apertura, liberalización y competencia en las telecomunicaciones


"Régimen de licencias. Eliminación de los barreras de entrada para nuevos operadores. Formas de alcanzar la universalización de los servicios. Libre competencia o reglamentación del servicio universal" fueron los temas sobre los que habló durante casi dos horas el histriónico y verborrágico Henoch Aguiar, en el marco de las Sesiones Académicas de Cable’98.

Aguiar tiene una reconocida trayectoria en el mundo de la legislación, sobre todo en lo que tiene que ver con las telecomunicaciones. Es abogado y master en dirección de empresas; también es profesor titular de materias afines en diversas universidades de Buenos Aires. A continuación, se publican los párrafos más sabrosos de una disertación muy actual y
-viniendo de este interlocutor- entretenida.


Para comenzar, Aguiar lanzó frases cortas: "Liberalización, lo contrario de esclavización. Competencia, opuesto a incompetencia. Apertura... Qué lindo es hablar de la apertura y la competencia". Luego de esto, entró en tema: "Este es en principio el horizonte que nos marcó el pliego de privatización de ENTEL, siguiendo las directivas de la ley de la reforma del Estado del año ’89, que deberíamos alcanzar como muy tarde en el 2000".

"Digamos que estamos -como siempre en Argentina- frente a un horizonte abierto de 360 grados. Con infinidad de alternativas posibles según los vientos, las posiciones y las condiciones atmosféricas, siempre turbulentas, en que se ha venido desarrollando la actividad de las comunicaciones en estos últimos años" dijo el experto, haciendo un paneo metafórico de la situación. A lo que siguió una explicación sobre el decreto 264, que "mantiene una prórroga de la exclusividad de las empresas telefónicas por dos años más -desde el 97 al 99- y durante ese período deben suceder una serie de acontecimientos".

Algunos de dichos sucesos son:

» la conformación de dos entidades, encabezadas por las dos empresas celulares, CTI y CRM, con cooperativas y operadores de radio y físicas, que aparentemente serán cables.

» Estas dos sociedades deberán terminar de conformarse.

» Una vez finalizada esa conformación, deberán suceder cosas para que su licencia sea efectiva y puedan empezar a brindar servicio a fines del 99. Por ejemplo: debe haber un contrato firmado con el Estado donde se establezcan cuáles van a ser los compromisos de estas nuevas empresas como prestadoras básicas del servicio telefónico, interurbano e internacional.

» Asimismo, deberán establecer un contrato con el Estado donde se establezcan metas: cuál va a ser el régimen tarifario es una de ellas.

» Deben celebrarse acuerdos de interconexión: si son cuatro ( Telefónica, Telecom y las dos nuevas) cada una con las otras tres.

Aguiar consideró que ésta es una "tarea ímproba y novedosa en la Argentina si consideramos que hasta el día de la fecha, entre las dos empresas telefónicas actuales han tenido ocho años para pensarlo y todavía no hay un acuerdo de interconexión. Cada una se queda con lo que cobra y supone que el otro hace lo mismo; piensan que el flujo va a ser equivalente pero no hay medición verdadera de los flujos de tráfico de la zona norte y sur ni en Buenos Aires, así como no hay tampoco medición económica con criterio de ese tráfico".

Por otra parte, según sostuvo el disertante, debe existir un régimen general de licencias, tanto para las que están próximas a otorgarse como para las que se soliciten en un futuro. Pero "con independencia de lo que suceda en este período de transición, me parece que va a ser bueno pensar cómo debería ser el nuevo sistema futuro y para eso analizar que es lo que se dijo que debería ser el sistema futuro. No nos olvidemos que la Ley de la Reforma del Estado -los grandes mandatos que signan este período y que le dan validez a los decretos que concluyeron en leyes- es el sustento jurídico de cualquier razonamiento en la materia" dijo el especialista ante una atenta audiencia.

En cuanto al Decreto 731 afirmó que "es el rector de todo el sistema y se refiere específicamente al período después de la exclusividad. Una vez vencido el plan de exclusividad a favor de las licenciatarias por la causa que fuera, la prestación total o parcial del servicio de telefónica nacional quedará en régimen de competencia sin límite de tiempo en las mismas condiciones del llamado a licitación. Cualquier interesado podrá solicitar licencia para el área o el territorio que se trate, en competencia con la prestadora de servicio de ése momento. Hay una competencia abierta, se pueden solicitar licencias, no debe haber discriminación alguna".

Pero cabe la aclaración: "se dice ‘en las mismas condiciones’, pero las condiciones han sido distintas del ‘89 al 2000, entonces se puede entender que esas condiciones serán por concurso público. Y lo interesante es que esto permite la división del territorio en diferentes áreas" acotó Aguiar, como siempre, con ostentosas gesticulaciones.

Sin discriminar

La mencionada norma aclara que se trata de una apertura sin discriminación alguna en diferentes áreas geográficas; se tienen que respetar las mínimas cláusulas que se dieron ahora: "sabemos que la geografía se empieza a abrir en un abanico de oportunidades en prestaciones de servicios y de negocios. Pero ¿cómo es el régimen de licencias?" se preguntaba el abogado. Y él mismo trataba de responderse al decir que "Cada licenciataria -las actuales entidades telefónicas- pueden recibir licencias para brindar otros servicios, y para brindar los servicios comprendidos en su licencia original fuera de sus áreas de regiones. En ese caso lo que se entiende es que pueden brindar servicios de alcance nacional, como se da en la actualidad, pero que en el caso de la prestación telefónica, lo que sugería el Decreto 731 y las normas posteriores es que deberían haber sido sometidas a concurso público. O sea: igualdad de condiciones fuera de su zona que cualquier otro oferente. Aquí notamos un pequeño quiebre con el decreto 264 que permite que las dos que están extiendan sus servicios e ingresen las otras dos sin un concurso público, lo cual, desde algún punto de vista, es una cierta discriminación hacia los futuros" consideró el especialista, antes de destacar enérgicamente que "es importante decir que el artículo 13.8 del decreto dice lo siguiente: ‘El objeto social único de esas empresas es la prestación de servicios públicos de telecomunicaciones excepto los de radiodifusión’; entonces, mientras estén vigentes las licencias, las sociedades licenciatarias no podrán ampliar ni modificar su objeto social ni mudar su domicilio fuera de Argentina". La importancia de ello radica en que la exclusión de la radiodifusión adentro del objeto de las licencias forma parte no temporal sino constitutiva de su licencia, y este es un tema que le interesa y le interesará al sector a la hora de sentarse a discutir. Llega hasta tal punto esta obligación, que si hubiera una inclusión de un objeto diferente podría provocarse la caducidad de la licencia.

En materia de tarifas, se establece que las empresas presentes podrán renegociarlas. "Lo que se deduce es que seguramente habrá tarifas topes en todas las zonas, que se van a aplicar en aquellos lugares donde no haya una competencia efectiva, es decir, en donde haya un solo prestador que no va a pasar a tener un precio libre" aclaró el disertante.

"La apertura no significa la protección del usuario, ni cesación del interés público de tener servicios públicos de comunicaciones lo más eficientes posibles. La competencia no es el "viva la pepa" ni mucho menos, es una forma de control de los precios máximos" acotó Aguiar.

Las reglas preveían que la empresa internacional se debía interconectar con las demás y que tiene la obligación de hacerlo. En este momento hay toda una serie de debates que se están dando sobre cuales deberían ser las reglas. "Y hay un tema que me preocupa bastante, que es la libre competencia y la reglamentación del servicio universal, como formas de alcanzar la universalización de los servicios. ¿Por qué? El objetivo de toda política pública de comunicación es que la mayor cantidad de ciudadanos posibles tenga acceso, al menor costo que se pueda, a la mayor cantidad de medios de comunicación y contenidos. En este momento estamos hablando de las telecomunicaciones, de modo que excluimos a los contenidos. Está más contento un Estado cuando tiene 65 teléfonos cada 100 habitantes, que si tiene 20 casi como en el caso argentino o 10 u 11 como Brasil. El objetivo de la política es la universalización de los servicios en general, en la comunicación y en los medios de comunicación.. Un área económica interesante para una empresa de telecomunicaciones no siempre tiene que ver con una política o socialmente interesante" señaló el entendido en legislación comunicacional. Por lo tanto el Estado puede destinar fondos para que gente excluida de las comunicaciones por el interés comercial estén incluidas por una decisión política. "Claro, el tema es a quién le saco la plata" se preguntó Aguiar en forma risueña, pero sin dejar de destacar la seriedad del tema.

Cifras y "doping"

Para tener una idea mas clara, dio algunas cifras aproximadas: la teledensidad en Buenos Aires es de 55, 58 teléfonos por cada 100 habitantes. Aquí nos aproximamos a la situación norteamericana. En el Gran Buenos Aires es de 35, en el NOA de 12 o 13, en la zona de Cuyo de 10. "Durante bastante tiempo consideramos que lo que se hizo durante estos últimos ocho años era suficiente. Me suena intrigante, inquietante para el espíritu que justo comencemos a debatir el tema del servicio universal un año y medio antes de que comience la prestación del servicio en competencia" dijo inquieto Aguiar. A lo que acotó, en una forma muy ilustrativa: "al nuevo entrante no solamente le hace falta ser un atleta en costos y precios para saltar la extraordinaria tasa de interconexión que tenemos ahora, sino que le ponemos 30 centímetros más, lo que seguramente derivará en casos de "doping" porque es muy difícil que un atleta normal salte esa altura". Se refería al caso en que se encareciera aún mas la tasa de interconexión o el costo para su ingreso.

A la hora de argumentar en contra de esta situación, Aguiar sostuvo: "habitualmente, en los tratados de macroeconomía se dice que cuando hay un monopolio el prestador tiene una curva de demanda, una demanda potencial según los precios. El punto de equilibrio entre precio y demanda sitúa un precio que le es cómodo. Cuando entra la competencia, suponiendo que tiene los mismos costos, intenta ofrecer a un precio más bajo para atraer una parte de la demanda que no podía captar. Ahí se ve el costo social del monopolio. A igualdad de precios, el monopolio está arriba. Hoy en día hay menos oferta de bienes de comunicación porque están a un precio demasiado elevado estructuralmente. Otro punto es que esa ley se aplica pensando que los costos son iguales. Imaginémonos que esos costos bajaran. Cuando uno piensa que el monopolio está ofreciendo un costo demasiado elevado, que la competencia podría bajar el precio y tener costos más bajos, que las tecnologías están avanzando y permitirán iguales resultados a muchísimo más bajo precio, que es una tendencia permanente, sacaría como conclusión que si el objetivo no es utilizar el servicio universal como herramienta para parar al nuevo sino buscar la universalización del servicio de verdad en Argentina. La política del Estado en este momento debería ser eliminar la mayor cantidad de barreras de entrada que le impidan al nuevo prestador brindar el servicio que consideramos es bueno para todos".

Aguiar supone que este es el mejor control, y "seguramente permitirá que haya un explosión de la teledensidad durante un período determinado de años si en algún momento, con esas condiciones de mercado, y habiendo incorporado al servicio público de telecomunicaciones a zonas que no estaban servidas y a usuarios que ni pensaban abonarse ya que no podían pagar el abono. Una vez que esto se achate, entonces si, tendrá que entrar el rol social del Estado, tendrá que generar algún incentivo suplementario para salvar las deficiencias del mercado" continuó diciendo Aguiar, minutos antes de finalizar su exposición.

Posteriormente, recomendó: "tenemos que ser lo más filosóficos posibles y ver cuáles son las objetivos reales, cual es el interés común. Siempre la competencia ha incrementado el flujo de las comunicaciones para todos los prestadores. Puede ser interesante ser cabeza de ratón, pero cuello de león puede ser mucho más interesante".

"Vamos hacia la liberalización. La libertad es un valor absoluto. Liberalización significa ir dando pasos concretos, poner pautas que sean claras" definió el experto, antes de acotar que esto "tiene que estar diseñado lo antes posible. Mientras se retrase las pautas, se retrasarán las decisiones de inversión, se retrasarán la posible competencia atractiva. Faltan 469 días para el 9 de noviembre del '99 y 300 más para el fin inevitable. Las reglas están prediseñadas y nada más. Faltan todo los pasos de concreción". Y ya para terminar, con tono enérgico dijo: "si nos hemos dado el lujo de no ser muy puristas ni muy concretos estos últimos ocho años, esta es la hora de verdad de empezar a apretar las clavijas para que en todos los casos haya condiciones palpables, efectivas, medibles".