En pie de guerra y desconcierto

Transcurridas ocho semanas de lanzado el procedimiento administrativo y de recepción de carpetas en la denominada Normalización de Estaciones de Frecuencia Modulada (FM), la justicia arrincona reiteradamente al Estado Nacional, en este caso representado por el Comité Federal de Radiodifusión.

Naturalmente, se pueden hacer numerosas reflexiones en torno a esta modalidad que desnuda falencias e intenciones.

Prácticamente coincidiendo con el cierre de esta edición, el juez federal Ricardo Ferrer, del juzgado Nš 2 de La Plata ordenó al COMFER la suspensión del proceso por segunda vez, ahora revocando su propia medida de apenas una semana cuando había limitado el cese únicamente para La Plata y su zona de influencia. Fue a solicitud del radiodifusor platense Marcelo Balcedo quien presentó un recurso de amparo cuestionando las Resoluciones 16/99 y 76/99. Satisfecha por el COMFER una parte de la demanda (el ofrecimiento de la frecuencia de alta potencia) y la presentación de un particular advirtiendo al juez el perjuicio en general que podía causar la suspensión de la normalización en todo el país, el magistrado, volvió sobre sus pasos y dictó una nueva medida limitándola al partido de La Plata. Pero el 19 de este mes ante la apelación de Emisiones Platenses 92.1, decidió suspender la aplicación de dicha limitación hasta tanto se expida la Cámara correspondiente, subsistiendo por ello la medida cautelar dictada el 19 de abril último. La situación, en consecuencia llevó al estancamiento.

También llueven otras presentaciones judiciales y recursos administrativos contra las normas del COMFER y la Secretaría de Comunicaciones.

El presente y el futuro de la radio de FM de baja potencia están seriamente comprometido por la respuesta de la justicia a los reclamos de radiodifusores y por algunos requisitos y obligaciones que el COMFER impuso exageradamente al dictar las normas.

Como en otros tiempos no muy lejanos, el ambiente de las FM está a punto de convertirse en un escenario de guerra (antes fue el de las potencias). Por un lado levantan su protesta con razón quienes han comprado y presentado al momento unos 1000 pliegos para concurso público o adjudicación directa. Por otro costado reclaman los que ven casi imposible acceder al pliego por el elevado costo o consideran inalcanzables los requisitos impuestos en las normas. A estos dos grupos hay que sumarle un tercero, el de las provincias que aun no fueron ofrecidas en el cronograma y, de tal modo, ven cortada las posibilidades de competir por una licencia de FM.

La dejadez de muchos años de los poderes Ejecutivo y Legislativo que en tiempo ideal no le dieron respuesta al sector, desembocó en un estado actual de pie de guerra y desconcierto.