El Coloquio Cicomra fue pensado para cubrir todos los aspectos de interés para el sector, es por eso que en el transcurso de la tarde del miércoles los asistentes tuvieron la posibilidad de escuchar un breve análisis sobre el panorama que podía preverse para nuestro país a pocos días de decidirse quién lo dirigirá. La palabra autorizada, en esa ocasión, fue nada menos que la de Mariano Grondona.
El comunicador social y profesor universitario arrancó su disertación -que no se extendió por más de treinta minutos- señalando que a esa altura de los acontecimientos, tan cercanos al acto electoral, la sociedad argentina se formulaba una serie de preguntas relacionadas con el devenir próximo de la historia, sobre todo en el terreno político.
En sus apreciaciones, Grondona destacó que todas las posibilidades -encuestas mediante- lo señalaban a de la Rúa como ganador (no olvidemos que el Coloquio se desarrolló semanas antes de las elecciones), por eso los cuestionamientos de los ciudadanos se centraban en lo que sucedería de ganar el candidato radical, referente a cuánto poder tendría en sus manos, si habría segunda vuelta, o si -junto a su ministro de economía- estaría dispuesto a provocar un shock inicial.
Grondona mantuvo durante toda su disertación la hipótesis de la victoria radical, por lo que afirmó: "Este año se produce un quiebre en la tradición argentina de los caudillos, como Perón, Fondizi, Onganía, Videla y por supuesto Menem. Ellos personalizaban fuertemente al profeta político" sostuvo el profesor de Derecho, refiriéndose al poder que detentaban para dirigir al pueblo por el camino que creyeran conveniente. Estos políticos le mostraron a los ciudadanos cuál era su visión del país y los invitaron a seguirlos (todavía está fresco en la memoria el "Síganme, no los voy a defraudar").
Grondona continuó su clara exposición: "El presidente era el profeta, el dueño de la visión. Hoy el que tiene la visión es el pueblo, que ya cumplió la mayoría de edad. Es por eso que los candidatos hacen encuestas y dicen lo que la gente quiere escuchar". Según el ex coequiper de Bernardo Neustadt, "ahora tenemos políticos sociológicos, que hacen marketing. Primero averiguan qué quiere la gente, después diseñan el producto a vender. Esto reemplazó a la etapa romántica de la política".
Por lo tanto, y continuando con las apreciaciones de Grondona, lo que se elige en este momento histórico ya no es un profeta sino un gerente general. "Ya no es Síganme sino Yo los sigo", dijo.
En cuanto a la cercana posibilidad -a quince días de las elecciones- de que ganara de la Rúa, el analista opinó que "va a tener poco poder, porque no es el caudillo de su propio partido. Alfonsín existe y no hay que subestimarlo". Por su parte, "si Duhalde pierde, va a perder el control del partido porque queda Menem" opinó Grondona, a lo que agregó que en este último, la Alianza encontrará al "jefe de la oposición, que es el político más talentoso que creó nuestra generación". Haciendo un poco de futurología, señaló que "seguramente, durante los dos próximos años va a ser buenito, va a estar de luna de miel con sus compañeros, pero los otros dos años van a ser diferentes ya que el PJ va a apuntar las marcas con vistas al 2003". Aunque, con la aparición de nuevos personajes de peso en el partido, le van a salir al ruedo como candidatos José Manuel de la Sota, el Lole Reute-mann y Carlos Ruckauf, entre otros.
En tanto en las Cámaras no va a haber mayoría absoluta de ninguno de los partidos, cada decisión que se tome va a ser consecuencia de un fuerte consenso y va a tener mayor perspectiva de durabilidad y estabilidad. "De la Rúa va a tener que pilotear un sistema con negociaciones internas" afirmó Grondona, adelantándose a los acontecimientos. En cuanto a la dupla que conforma el jefe de gobierno con su ministro de economía, José Luis Machinea, el comunicador opinó que "será gradualista. Aunque se pueden pronosticar dos actitudes diferentes: que Machinea se destape con un plan integral y un shock, o que las cosas se acomoden de a poco".
Como lo señalaran de la Rúa y Cavallo en sus participaciones en el Coloquio Cicomra, Grondona afirmó que "el problema argentino es que no tenemos competitividad".
Si de definiciones hablamos, las décadas vividas por nuestro país corresponden a una etapa diferente: la del 80 fue la década constitucional, la de los 90, la macroeconómica y la del 2000 será -optimismo de por medio del disertante- la que devuelva la competitividad a la Nación. "Hay que encontrar la fórmula de relanzamiento económico para resolver la cuestión social", esgrimió Grondona. Y para finalizar su exposición, señaló: "En el 2000 la Argentina no va a cruzar la barrera, pero va a empezar a verla. El país tiene el desarrollo por delante. Salimos del Infierno, pero estamos en el Purgatorio. En diez años más vamos a seguir ahí, pero vamos a creer que llegar al Cielo es posible". Los empresarios presentes no respiraron aliviados, precisamente.