La noche del miércoles 24 de noviembre fue marco para la aprobación del proyecto de ley denominado Radio y Televisión Argentina, Sociedad del Estado (RTA) en el recinto de Senadores. Este organismo, como es sabido, tendrá a su cargo la administración y operación de las emisoras que integran actualmente el Servicio Oficial de Radiodifusión (SOR).
Cerca de las 22.00, los legisladores -sin distinción de partido político- levantaron la mano para dar vida propia a este proyecto que pone a Radio Nacional y ATC en hombres idóneos, ya que su consejo directivo será ocupado por quienes logren pasar una serie de filtros, hasta llegar al Presidente de la Nación.
La votación, que resultó por unanimidad, eleva ahora el proyecto al Poder Ejecutivo, que -de aprobarlo- lo convertirá en ley y, decreto de por medio, deberá proceder a su reglamentación.
Después de muchas idas y venidas y después de haber pasado por Diputados, el proyecto RTA parece ser una realidad concreta, lo que dibuja nuevas características en los medios de comunicación estatales.
Algunos de los puntos salientes de la norma aprobada en el Congreso tratan la financiación y el patrimonio del nuevo ente. Las actividades de RTA, dice el artículo 7º, se financiarán por medio de ingresos directos derivados de su actividad, las asignaciones atribuidas por el Presupuesto Nacional, el 30 por ciento de los gravámenes recaudados por el COMFER o el organismo que lo sustituya, el 10 por ciento del total de la tasa establecida para las empresas prestadoras del Servicio Telefónico Básico y el Fondo de Renovación tecnológica (constituido por el 30 por ciento del producido por todo concepto que el Estado Nacional recaude por adjudicación de licencias de estaciones del Servicio de Radiodifusión por Aire).
Por otro lado, se transfiere a RTA el activo de ATC y Radio Nacional, no así su pasivo que se incorporará al Tesoro Nacional.
En cuanto a su organización institucional, se prevé la creación de una Comisión Bicameral Permanente de Medios de Comunicación Social Estatales, que tendrá a su cargo la supervisión y control de RTA. Para asegurar la transparencia de sus actos, la mencionada comisión deberá elevar informes periódicos a ambas Cámaras del Congreso Nacional.
También se conformará un Comité de Evaluación, que tendrá como función principal la calificación de los antecedentes de los postulantes a los cargos directivos, elevándolos posteriormente a la Comisión Bicameral.
Y si de funciones jerárquicas hablamos, cabe destacar que el directorio estará compuesto por cinco miembros, que durarán cuatro años en sus cargos con la posibilidad de ser reelegidos indefinidamente. Una vez transcurrido el mandato, la Comisión Bicameral podrá renovar el mandato de los directores, con excepción del presidente, por votación de la mayoría absoluta de sus miembros o convocar a un nuevo concurso.
Y para que no queden dudas respecto del manejo administrativo y operativo de RTA, se llevará a cabo un estricto control por parte de la Auditoría General de la Nación y la Sindicatura General de la Nación.
El presidente de la Comisión de Comunicaciones del Senado, Eduardo Angeloz, expresó enérgicamente su satisfacción por la aprobación del proyecto que viene de ser tratado año tras año, pero que nunca había llegado a la instancia de tener aprobación de las Cámaras Alta y Baja.
Esta sanción, según sus palabras, "constituye un verdadero punto de inflexión en la historia de la legislación en materia de medios de comunicación". Asimismo, el senador cordobés consideró que este hecho "significa que este Parlamento ha comenzado a sentar las bases de la moderna legislación de medios de comunicación. Es, virtualmente, la primera vez que el Congreso Nacional legisla integralmente sobre radio y televisión pública", dijo Angeloz, refiriéndose a la sanción de leyes que "sólo tangencial e incidentalmente abordaron la problemática de la radiodifusión".
Como no podía ser de otra manera, la obsoleta Ley 22.285 también estuvo presente en el discurso del senador: "Las pocas reformas legislativas parciales que se le hicieron..., si bien flexibilizaron algunos de sus aspectos, no alteraron su objetable esencia autoritaria". Minutos más tarde, y sin dejar de tocar este tema, agregó: "Sin ninguna duda es hora ya de sancionar una nueva ley de radiodifusión. Los miembros de la clase política argentina tenemos una asignatura pendiente, una deuda que debemos saldar de inmediato".
Esto y más es lo que se escuchó en el recinto de Senadores, aplausos incluidos. Pero lo fundamental es que el proyecto Radio y Televisión Argentina, Sociedad del Estado, tiene por fin verdaderas posibilidades de convertirse en ley.