Están usted y su estación preparados

para el próximo siglo?

El propósito de este análisis es presentarles un canal para dirigir racionalmente y en sentido correcto los esfuerzos de las radiodifusoras como empresas hacia la concepción y la realización de los cambios que garantizarán su futuro en una sociedad increíblemente cambiante. Porque para poder competir en un mundo en donde las telecomunicaciones y la informática avanzan tan rápidamente, hay que avanzar con ellas.

 

La década de los años 90 se ha caracterizado por fantásticas transformaciones y cambios en todos los campos del conocimiento humano, científico, tecnológico, social, económico, y político, prenunciando la civilización del tercer milenio,  donde el hombre será desafiado por fuertes y contundentes presiones que exigirán de  él, por un lado la ampliación del nivel de flexibilidad, innovación y   creatividad; por otro, la revisión y re-conceptualización de las formas de interacción, comportamiento y organización social.

La capacidad de percibir y entender los cambios y sus reflejos sobre el hombre y las instituciones, de adaptarse a las exigencias de los nuevos hechos, y si es  posible, de adelantarse a ellos, se convierte en una condición vital de supervivencia.

Los medios de comunicación radioeléctricos, no escapan de estas corrientes. Se adaptan y eficientizan cada día más. Analicemos algunos puntos que seguramente exigirán adaptaciones, a fin de atenuar crisis futuras.

Comencemos revisando el ASPECTO CIENTIFICO y tomemos como ejemplo la Física, ya que desde el siglo XVII, ha sido ejemplo de ciencia exacta, sirviendo como modelo para todas las demás ciencias. Durante tres siglos, los físicos se sirvieron de una visión mecanicista del mundo para desarrollar y perfeccionar lo que es conocido como física clásica, de acuerdo a una concepción general de la realidad que predominaba en estos tres siglos.

En el siglo XX sin embargo, la física pasó por varias revoluciones conceptuales que revelan claramente las limitaciones de la visión mecanicista conocida hasta entonces, conduciéndola hacia una visión orgánica, ecológica. A principios del mismo, cuando los físicos extendieron el alcance de sus investigaciones hacia los dominios de los fenómenos atómicos y sub-atómicos, se dieron cuenta súbitamente, de las limitaciones de sus ideas clásicas y tuvieron que revisar muchos de sus conceptos básicos acerca de la realidad.

Traje a colación esta experiencia para que nos sirva como una lección útil en nuestro comportamiento empresarial.

Actualmente el mundo vive una crisis de valores, muy propia de un proceso de transición, con características de inseguridad, incertidumbre y perplejidad, donde será necesario organizar una estructura social y económica radicalmente distinta a la que vivimos los últimos 35 a 40 años, en donde por fortuna para nosotros, se han producido los cambios más significativos en el desarrollo de la humanidad.

Revisemos ahora el ASPECTO TECNOLOGICO. Como recién apunté, la humanidad vive un período de transición muy importante: el pasaje de la Sociedad Industrial hacia la Sociedad de la Información.

La Sociedad de la Información es un nuevo tipo de sociedad humana, completamente distinta de la actual Sociedad Industrial, donde la producción de valores de información y no de valores materiales, será la fuerza motriz en la formación y desarrollo de esta nueva sociedad.

Toda tecnología innovadora del pasado, siempre ha estado relacionada al poder productivo material. Sin embargo, la Sociedad de la Información, se construye dentro de un contexto completamente nuevo partiendo del desarrollo de las tecnologías de las telecomunicaciones y la informática.

Recordemos que la tecnología que originó el desarrollo de la Sociedad Industrial fue la Máquina de Vapor, y su función era sustituir y ampliar el trabajo físico el hombre. El desarrollo de la Sociedad de la Información, está condicionado a la Computadora que sustituirá y ampliará el trabajo mental del hombre.

La estructura económica de la Sociedad Industrial se caracteriza por ser una economía de bienes orientada hacia la comercialización y la especialización de la producción utilizando la división del trabajo, la completa división de la producción y del consumo entre empresas y consumidores. En la nueva sociedad, la información se convierte en el eje del desarrollo socioeconómico.

La autoproducción de información por parte del usuario común creció, y lógicamente la información se acumuló, aumentando de manera extraordinaria el volumen de tránsito de informaciones entre la población. Esto da como resultado tal y como ocurrió con los grandes cambios tecnológicos al surgimiento de oportunidades, que si son bien aprovechadas por nosotros, servirán para disminuir la diferencia existente entre los países de vanguardia y aquellos que             más han realizado esfuerzos con miras a aprovechar de manera adecuada las facilidades proporcionadas por las nuevas tecnologías.

Estarán más próximo de lograr esta situación, aquellos países que dispongan de efectivos sistemas de servicios de telecomunicaciones e informaciones (como la República Dominicana), capacidad industrial, y mercado interno lo más grande posible.

Esto aventaja bastante a los habitantes de la época de los conquistadores, ya que se calcula que el total de la información por ellos producida, transmitida y recibida durante todo un año, la procesa un humano contemporáneo «actualizado» en apenas unos 5 a 7 minutos. Increíble, verdad?

Hasta hace poco la informática era cara, poco efectiva, esotérica, y por esta razón, acorralada en un número restringido de empresas y funciones. Al ser elitista, se mantenía como «tesoro» de los grandes y poderosos. No olviden que el que dispone de eficientes canales de información, se convierte en líder del mercado. Lo que se impondrá en el nuevo siglo es una informática masiva, irrigando y estimulando a la sociedad en forma de redes (como el Internet) exactamente como lo hacen desde hace años los servicios de agua y electricidad.

Dos avances están en el origen de esta transformación. Anteriormente no existían más que las grandes computadoras. Actualmente existen innumerables máquinas pequeñas, poderosas y poco onerosas como las microcomputadoras, que permiten tener accesos tan portátiles, inimaginados hace apenas unos 15 años. Por otro lado, ya no se trata de máquinas aisladas, sino que se encuentran vinculadas unas a otras formando redes. Y en base a esto se puede formular la hipótesis de que: «La Sociedad de la Información del próximo siglo, será una sociedad totalmente orgánica, similar a un organismo vivo en donde funciona todo un sistema regido por un computador central, como el cerebro humano».

Esta sociedad de la informática al igual que el cuerpo humano, tendrá más dinamismo que la actual para reaccionar rápidamente y con propiedad a los cambios que se producirán.

Actualmente, la Radio se encuentra inmersa en el desarrollo de las transmisiones digitales. Computadoras y lectores ópticos en diversos formatos, desplazan los anticuados métodos de cintas magnetofónicas a un ritmo cada vez más rápido.

La Radio, que en sus inicios se consideró factor de reunión de las familias frente a los receptores para escucharla; sistema único y rápido de información a traves de países y mares durante los conflictos bélicos de la Segunda Guerra Mundial y como propaganda de determinados gobiernos, fué «aparentemente» desplazada desde los años cincuenta por la televisión.

Ante ello, las estrategias de la industria de la Radio tuvieron que plantearse  n la transición de los años 50 a los 60, y obviamente se produjeron importantes cambios en la industria radial. Cambios que no solo abarcaron la parte programática, sino también tecnológica.

Para poner un ejemplo de ambos, la introducción del formato del Cartucho de cinta magnetofónica o Cartridge a finales de los años 50, dic quizás el giro más importante a la producción radial desde su nacimiento. Estos, permitieron desarrollar la creatividad de los productores y programadores a niveles prácticamente infinitos. Creándose por consiguiente, nuevos formatos programáticos que dinamizaron y modernizaron la Radio de entonces.

El desarrollo que en todos los campos de la sociedad se experimentó en los últimos treinta años, aceleró notablemente el tren de vida de las personas. La poca disposición de tiempo y la proliferación de innúmeros canales televisivos, paradójicamente benefició la audiencia radial a nivel mundial. Ayudó a especializarla. Se crearon entonces formatos específicos para públicos específicos. Al necesitarse dos sentidos (vista y oído) para captar la televisión, esta restringe su sintonía a determinados espacios de tiempo considerados ociosos y que actualmente se calculan en aproximadamente entre 31/2 a 4 horas por día por persona productiva y/o consumidora (datos de le Asoc. Norteamericana de Anunciantes).

En cambio, por el hecho de usar un solo sentido (el oído), la posibilidad que tiene la radio para ser sintonizada es muy amplia, ya que permite ser escuchada mientras se realiza prácticamente cualquier otra actividad, por lo que su principal papel en este mundo dinámico es ser Compañera e informativa de determinados segmentos poblacionales. Así debemos considerarla para obtener de ella mayores beneficios.

Otras ventajas producto de las nuevas tecnologías que también presenta la Radio son, además de la variedad programática, la conveniencia con que se pueden obtener los radioreceptores, la «portatibilidad» y la facilidad de operación de éstos; y sobre todo la excelente calidad de sonido que ofrecen.

Pero la Radio actual requiere de una atención delicada y especial, ya que los actuales oyentes y clientes están colocados en un plano mayor de requerimientos.

Por lo que la Radio de hoy está demandando más tecnología, mayor esfuerzo de producción, alto grado de eficiencia y ofertas publicitarias más profesionales, creativas y atractivas.

Aunque una gran parte de los radiodifusores dominicanos se mantiene acorde a los nuevos tiempos, la guerra de los mercados nos obliga a estar a la vanguardia de los adelantos tecnológicos, a experimentar con nuevas fórmulas de producción y programación que sean capaces de satisfacer los gustos de oyentes cada vez más exigentes, y por supuesto, a nuestros clientes.

Del análisis anterior se concluye que en realidad se está viviendo un cambio profundo de las actividades cotidianas y productoras en escala mundial, basada en transformaciones cualitativas, tecnológicas, sociológicas, políticas y científicas. La industria de la Radio no escapa de ello.

Lo que es considerado por muchos como factores temporarios externos a las estaciones, son en realidad las nuevas condiciones de la situación de la vida en rápida y acelerada carrera, que evoluciona sin retrocesos ni retornos.

Por eso, las estaciones deben establecer nuevas estrategias que le permitan modificar y alterar sus concepciones y sus sistemas de funcionamiento pasados, no solamente con miras a adaptarlos de la mejor manera posible a los nuevos tiempos, sino también para elevarse a un nivel de desempeño tal, que les permita hacer frente victoriosamente a las dificultades futuras.

Para adecuarnos a los nuevos tiempos, es preciso considerar estrategias.