“Queremos que la población acceda equitativamente a los medios”

 

El anuncio del presidente Jorge Batlle, de reglamentar la actividad de las radios comunitarias que no están autorizadas a salir al aire por el Estado, ha puesto en el tapete el reconocimiento del gobierno de estas experiencias de comunicación analizan Carlos Ramos y Mauricio de los Santos. Para ver cómo esta vuelta de tuerca influye en el proceso de democratización de las comunicaciones uruguayas, es un radioapasionado que trabaja en Alternativa FM, del populoso barrio de Belvedere y actualmente es el representante de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) en Uruguay. Mauricio de los Santos, participa en la radio comunitaria La Esquina FM, del barrio Las Acacias, y es representante de ECOS (Coordinadora de Radios Comunitarias).

¿Cuántas radios comunitarias hay en el país?

C- Unas 30  son las que emiten sin estar autorizadas por el Estado, que se denominan comunitarias, libres o piratas...  

M- Las radios comunitarias tienen en común con otros proyectos, con otros  fines, una sola cuestión que es un fenómeno tecnológico, que permite que una persona cualquiera con 200 dólares pueda poner una radio en su casa. Eso es una emisora de radio, cuyo contenido lo propone el que lo saca al aire, El tener una radio de corto alcance, o una radio ilegal no hace que un proyecto sea comunitario. 

¿Qué determina que una radio sea comunitaria?

M- El proyecto comunitario tiene como principal diferenciación con los medios comerciales el tener fines sociales, a diferencia de los que tienen fines de lucro, políticos o personales. Hay radios que no importa que sean rentables, porque el objetivo es que se transmita un mensaje político-partidario, o político sectorial. También están creciendo en todo el mundo radios con objetivos religiosos. Así como están las radios estatales.  En las comunitarias el objetivo es la promoción social y cultural de la comunidad en la que están.  No es comunidad geográfica, puede ser comunidad de intereses. Puede ser una  radio estudiantil, una radio sindical, gremial...

C- Hoy por hoy nadie percibe ni un solo peso por dedicarle tiempo a las radios comunitarias. Creemos que no tiene que ser así, una cosa es que sea sin fines de lucro y otra es que tenga fines de pérdida. Tienen que existir posibilidades de que las radios se puedan autofinanciar. Eso implica la posibilidad de vender publicidad.  

La potencia es otro tema. Hoy las emisoras que están en Ecos muchas de ellas comparten la misma frecuencia, y eso demuestra que se puede compartir la misma frecuencia y que cada una en su barrio mantiene los parámetros que cada radio tiene.  

En una época el concepto de radio comunitaria estaba muy vinculado a la cuestión local, al barrio, a la zona de influencia. Ese concepto de lo local como pequeño se sigue manteniendo como característica de la propuesta de las emisoras ciudadanas acá en el país, o se ha ampliado la visión.

C- Creo que se ha ampliado la visión en el nivel de experiencias. En nuestro caso concreto que nacimos en Belvedere, por ejemplo, de a poco hemos ido  abarcando la parte oeste de la ciudad. Nuestro interés hoy es llegar a toda  la comunidad joven, pero que perfectamente podríamos llegar a estar en toda la ciudad de Montevideo.

¿Ustedes están manejando restringir la potencia de las emisoras?

M- No, estamos en contra. Hay un fenómeno que es claro. Hoy para cubrir la misma área, por la saturación necesitás más potencia para cubrir la misma área geográfica. Nosotros rescatamos el concepto de cobertura, el proyecto es para cubrir tal espacio. El tema de la potencia no caracteriza a una radio comunitaria. Lo participativo, el ida y vuelta, la gestión colectiva, son otras características sobresalientes de esta propuesta.

Algunos broadcasters afirman que las difusoras comunitarias son promovidas por sectores políticos vinculados a la llamada izquierda radical, por ejemplo, los tupamaros uruguayos. 

M- Con respecto a las radios de nuevo tipo, se está diciendo que estamos manipulados por sectores políticos y todo lo demás. Otro, que somos piratas, y que estamos con la teoría de la transgresión en si misma. Otros dicen que somos pobres por decisión que no queremos sacar al aire nuestras producciones. Esos mitos, de un tiempo a esta parte, con el accionar nuestro con el trabajo a través de Ecos, los estamos echando por tierra. Hoy en día decir eso es desconocer todo el trabajo que hubo de las radios comunitarias, de difusión, de dar a conocer los lugares desde donde se transmite, los nombres de los responsables.

C- No deja de ser algo meramente chistoso.

M- Si pero hay gente que se lo cree. Ellos apuntan a decir que son radios de los Tupamaros. Eso es insostenible, no es así, no hay ningún caso. Está en contra de los principios de las radios comunitarias responder a algún grupo político, no somos la herramienta de tal o cual grupo político. En nuestros objetivos se establece claramente esa diferenciación.

Las recientes declaraciones del presidente Jorge Batlle, de buscar caminos para reglamentar esta actividad que ustedes desarrollan, es un cambio sustantivo en esta área. ¿Cómo han recibido la noticia?

 C- Es de esperanza, las palabras del Presidente abren caminos, para un año que parecía un poco chato y complicado por la represión y sin vislumbrar ninguna salida. Esas palabras son producto del trabajo de las radios comunitarias, de la Coordinadora, y de un montón de organizaciones sociales que han visto con buenos ojos nuestra labor. 

M- En realidad la clase política ya había dado señales de apertura a las radios comunitarias. Políticos que pensaban que penalizar nuestra actividad, ahora reconocen nuestro papel en las comunidades, en los barrios y lo que han hecho las radios comunitarias en el mundo. El caso de Batlle no es un caso aislado. Su postura es parte de un proceso de comprensión y de apertura del fenómeno.

A partir de estas declaraciones ¿qué pasos han emprendido?.

C- Hemos solicitado una entrevista con el presidente Batlle, por parte de AMARC y Ecos, comunicados de prensa y estamos manteniendo contactos con legisladores.

M- Hicimos un llamado a organizaciones que tienen interés en el tema, como las universidades, las cooperativas de viviendas, sindicatos, iglesias... Queremos hacer un grupo amplio de trabajo sobre el tema de los medios de comunicación.

C- Es una idea que teníamos hace un par de años. Sacar la Dirección Nacional de Comunicaciones del Ministerio de Defensa y crear un ámbito independiente. Donde exista la participación de todos los sectores más diversos. La mayor cantidad de voces posibles, para que crear un marco equitativo.

M- Buscamos instalar un ámbito de discusión. Lo primero que le vamos a plantear a Batlle es que cree un grupo de discusión oficial para que discuta sobre estos temas con todos los sectores involucrados. También le vamos a solicitar un permiso experimental para salir al aire y afianzar un espacio de diálogo.

¿Qué propuesta manejan ustedes de cómo tendrían que funcionar las radios comunitarias en el país?

M- Con respecto a eso, pensamos que va más allá de las radios comunitarias. En Uruguay todo lo que tiene que ver con la adjudicación de ondas y todo lo que tiene que ver con la propiedad de los medios de comunicación es cuestionable.

Lo que tiene que ver con la adjudicación de ondas; la legislación uruguaya

es la peor posible, deja absolutamente a la discrecionalidad del Poder Ejecutivo quién tiene una radio o un canal de televisión y quién no. Eso ha promocionado el amiguismo político. Cada vez que termina una gestión de gobierno, hay un reparto para los amigos del gobierno saliente.

Nosotros queremos crear los mecanismos para que haya un ente plural, integrado por todos los involucrados. Instalar una Comisión de Medios Audiovisuales permanente, que se dedique a administrar el espectro radioeléctrico que es limitado, pero que es de todos, no del Estado.

C- Otro tema que siempre sale por parte de los Broadcasters privados, es que para otorgar permisos las radios tienen que ser rentables, inclusive técnicamente hacen algunas puntualizaciones. Nosotros estamos en contra de eso. Creemos que primero que nada tiene que haber libertad de expresión, para garantizar que la población en su conjunto tenga acceso equitativo a los medios de comunicación. 

M- En nuestra propuesta figura que se creen los medios de comunicación sin fines de lucro. Porque no existen. La legislación vigente está pensada para medios con fines comerciales o estatales. Reivindicamos que exista una tercera posibilidad, medios con fines sociales y que no persiguen el lucro.

Hace un tiempo se decía que no se daba lugar a las emisoras comunitarias porque no había espacio en el dial. Luego vino el estudio de la Universidad que demostró que sí había lugar, sin embargo se han realizado nuevas concesiones de onda. Actualmente, ¿ hay lugar en el dial?

C- Si hay lugar, y con la tecnología actual es posible insertar más radios en el mismo espacio.

M- Ese argumento no es nuevo. Lo que sucede es que el dial se ha administrado pésimamente. Por eso reconocemos que hay que reordenarlo. Pero no es una cuestión técnica, es de voluntad política.  

Empero Uruguay tiene unos 300 medios entre emisoras de radios y televisión, es una oferta elevada. Ahora bien, cuál es el aporte que realizan las emisoras ciudadanas. La presidenta de la Asociación de Broadcasters afirmó que allí están las verdaderas radios comunitarias. ¿Qué es lo que pueden ofrecer ustedes?

 El acceso directo a un canal de difusión sin intermediarios, que los vecinos puedan decir lo que les parezca en una radio comunitaria, sin que nadie hable por él. Por lo general, para acceder a una radio hay que pasar por un montón de intermediarios. Las veces que un vecino cualquiera accede a un medio masivo es porque se sacó la lotería, le sucedió algún accidente o robó. 

En cambio en las radios comunitarias están más cerca de los vecinos y no hay trabas para acceder a ese medio.

M- Se permite la expresión directa de sectores de la población que no pueden acceder a los medios masivos. Nosotros venimos a complementar ese espacio.

Pero lo que tú dices es bien claro, hay una oferta enorme de radios, pero son todas del mismo tipo. Nosotros no planteamos más de lo mismo. Las radios existentes la inmensa mayoría tiene fines comerciales, excepto algunas estatales.

C- El estilo es el mismo.

M- Ese argumento sirve para que no se otorguen más frecuencias a las radios comerciales, para qué más de lo mismo, porqué no reservar un espacio en el dial para otro tipo de proyectos, con otros fines, esa es la cuestión.