En el Coloquio Cicomra de Telecomunicaciones Advierten al Gobierno por el uso de la tecnología La Cámara de Informática y Comunica ciones (Cicomra) le entregó al Gobier no, en el marco del coloquio de economía y política en telecomunicaciones, un vasto estudio que detectó las necesidades en materia de educación y economía de la Argentina con el fin de poder aprovechar los recursos que ofrece Internet para insertarse en la sociedad global de la información y el conocimiento. Se trata de una herramienta de diagnóstico confeccionada por la Universidad de Harvard, más precisamente por el Centro para el Desarrollo Internacional de ese centro de estudio estadounidense y dio cuenta de resultados muy disímiles en diferentes zonas del país respecto de cómo se desarrolla el país en el aspecto tecnológico. Allí señaló que si bien el área metropolitana Buenos Aires es la mejor ubicada en relación con el acceso a redes, soporte técnico, contenido local e infraestructura, todavía no mantiene un buen nivel en lo referido al uso que hace el Estado de Internet. También especificó que no son óptimos los costos, la disponibilidad y aseguró que todavía está flojo el acceso de las escuelas a la tecnología y la habilidad de los docentes en PC e Internet. Estos últimos ítems también resaltaron en las cifras correspondientes a las ciudades más pobladas y en las zonas Norte y Sur del país. En los extremos de la Argentina se evaluó como negativos a la mayoría de los aspectos relacionados con la tecnología y educación y la relación gobierno – empresas. Sólo resultó óptimo el área de regulación de las telecomunicaciones. De esta manera, la Cámara logró obtener el reconocimiento como un referente político y de hecho, ya que aún antes de conocer los resultados finales del estudio, el gobierno le pidió a Cicomra que continúe realizando esta investigación en los próximos años, ya que los indicadores resultan de un valor esencial para la formulación de políticas activas. El estudio fue presentado por el presidente de la Cámara, Luis Perazo, quien se lo entregó al exvicepresidente Carlos Alvarez, en el coloquio del 25 de septiembre en el hotel Caesar Park. El Estado para Chacho Alvarez precisó que hay que instalar los requisitos de evolución de este sector en la economía argentina, ya que significarán “grandes ventajas para la economía y para la sociedad en general, porque un Estado tiene que tener esa capacidad de liderar ese proceso de cambio”. Enumeró que para poner en marcha estas modificaciones es fundamental “realizar una Reforma del Estado, una batalla muy fuerte para la competitividad de la economía argentina, una política de conocimiento y una mejora de las políticas sociales, dentro de un país que invierta en tecnología”. “Hay que digitalizar el Estado, para que este presupuesto sea el último que tengamos que confeccionar con un formato viejo, porque tenemos que ir a presupuestos por programas y donde se trabaje horizontalmente, coordinando la acción de los ministerios para evaluar la gestión por resultados”, explicó el exfuncionario. “Además de combatir la desigualdad, hay que terminar con falsos antagonismos de cómo vamos a poner Internet en una escuela de La Quiaca si allí los chicos tienen que llegar a lomo de mula al colegio”, ejemplificó Alvarez, a la vez que aclaró: “Si estos chicos no tienen acceso a esta tecnología tendrán que seguir permanentemente a lomo de mula, pero no para ir a la escuela, sino para sobrevivir”. Capacitación versus tecnología También expusieron en el encuentro el autor de “La Tragedia Educativa”, el doctor en medicina, Guillermo Jaim Etcheverry, la investigadora del Conicet, Susana Finquelievich, y el doctor en antropología cultural de la Universidad de Barcelona, Artur Serra, quienes analizaron el impacto social y educativo de las nuevas tecnologías. “Existe una falsa idea que no se puede educar sin tecnología. La tecnología tiene sus ventajas, pero también sus desventajas”, explicó Jaim Etcheverry y aclaró que “todos piensan que mayor tecnología sólo produce beneficios, pero en muchos casos a mayor tecnología se produce mayor peligro. Un ejemplo de ello es un automóvil cuando contamina el ambiente, o la medicina, que muy avanzada, destruye y se torna en nuestra contra”. “La cultura siempre paga un costo por la alta tecnología, porque beneficia a unos y perjudica a otros. Los pobres no se alejan de Internet porque no pueden pagarla, sino porque no tienen conocimiento para operarlas”, explicó el científico. En tanto, Susana Finquelievich señaló que “una política de alpargatas sí, Internet no, sería suicida, ya que si bien es verdad que hay gente que tiene necesidades, como hambre y enfermedades, no permitir el acceso a Internet sería lo mismo que no mandar a los chicos a la escuela”. “Por eso sería fundamental preparar a todos los estamentos de la educación para ingresar a la sociedad digital, ya que la alfabetización tecnológica y científica es fundamental. Por eso Internet sí, pero con escuelas, empleos, salud y todo lo necesario para la vida cotidiana”, detalló la investigadora. Por su parte Artur Serra, presidente de la European Association for Company Networking, se refirió a las ‘Implicancias sociológicas de la inserción de Internet de la Comunidad’ y dijo que “se necesitan nuevas asociaciones y consorcios tecnológicos para estandarizar la infraestructura”. “Esto se obtiene a través de redes ciudadanas, para lo que es fundamental políticas nacionales y regionales para potenciar a las sociedades de la red”, concluyó Serra. La concentración telefónica El vicepresidente de Booz Allen & Hamilton, Rafael Katz, expuso sobre la situación de la Argentina en materia de telecomunicaciones e informática. “Las empresas argentinas ya establecidas en el sector de telecomunicaciones –dijo- están en buena posición para hacer frente a la competencia que se planteará en este mercado, en donde las entrantes serán adquiridas por las existentes cuando descubran los beneficios de la innovación”. Katz, también sostuvo que, actualmente, “la telefonía básica llegó en la Argentina a una etapa de amesetamiento, mientras que la telefonía celular está en pleno despliegue y sin horizontes de techo, en tanto que Internet se mantiene en un estado todavía embrionario”, concluyó. |