A poco de cumplir un año de existencia, la radio de frecuencia codificada FM Tren, todavía mantiene con orgullo el sitial que la ubica como uno de los pocos medios de comunicación en el mundo que no registra antecedentes. Se trata de una emisora que sólo se escucha en los vagones del tren y en los andenes de las estaciones. No se puede sintonizar, ni prender, ni apagar y fue creada con la idea de ser una nueva herramienta para le pasajero en cuestión de servicios e información al instante. Su emisión llega a las formaciones de los ex ferrocarriles Mitre y Sarmiento entre las 4 y las 24, y se calcula que medio millón de personas escuchas al menos un rato la programación diaria. Su director general, el periodista Oscar Martínez Zemborain, habló con este medio desde los orígenes del proyecto hasta los próximos pasos. ¿Cómo surgió la idea? Hace más de dos años, entre un grupo de gente que vimos la existencia de un nicho libre al que le faltaba un servicio de estas características. La idea nace no sólo para ofrecer entretenimiento en los trenes sino para ofrecer un servicio que diera información, noticias y además como un puente con los vecinos. ¿Cómo se articula la programación? ¿En qué se diferencia de otras radios? Se ofrece noticias, información de servicios que el pasajero/a–oyente necesita para enfrentar el día que tiene por delante. Por otra parte, se pondrá en el aire micros breves sobre salud, fútbol, cine, folklore, cosas de Buenos Aires y los distintos pueblos que recorre el ferrocarril; información previsional, etc. Tiene un concepto más localista Tratamos de hacer una programación adaptativa a las necesidades del oyente. Damos muchos servicios que necesita en viaje y los que proveen los municipio de la zona. No sólo la información de que se vence tal impuesto, sino todo lo referente a vacunaciones, servicios médicos en Tigre, o la apertura de oficinas los sábados en San Isidro para las personas que no pueden ir durante la semana, por ejemplo. Y cómo ordenan el envío de las noticias barriales? Nos hemos encontrado que los municipios nos han buscado a nosotros. Si le estamos emitiendo un mensaje al vecino de la zona Oeste, le pedimos permiso al vecino de la zona Norte para avisarle que luego de una información para Ituzaingó, pasaremos con un reporte para su zona. También informamos sobre Capital, ya que hay un recorrido sobre Buenos Aires que lleva gran cantidad de porteños. ¿Qué pasa con los pasajeros que no la quieren escuchar? El usuario puede elegir ir al vagón que está la radio o no. De los seis vagones de una formación, la radio suena en tres. De manera que si no quiere escucharla va a uno que no sale. ¿Y cómo ha sido la repercusión hasta ahora? 500 mil boletos por días es el mejor rating en radio. Yo no necesito que una consultora me diga cuánta gente me escucha; me lo dice el señor que vende los boletos. Tenemos que ser muy cuidadoso con la calidad de mensaje. Ellos no tienen la opción de cambiar el dial. Igual, hubo un caso testigo en ocasión del cumpleaños de Charly García. Ofrecimos entradas y se agotaron. Más allá de la convocatoria de Charly, la gente tuvo que recordar el número de la radio, llamar y venir a buscar la entrada al centro. Y lo hicieron. Las novedades del servicio ferroviario están garantizadas... TBA colabora con nosotros sobre la información de su servicio. Y nosotros le instalamos a la empresa un nuevo servicio de comunicación que no tenían. Ellos nos llaman y nos piden que difundamos algo. De ahí sacamos la información y sale para las dos zonas. Entre receptores y formaciones Hasta ahora la radio llega a las formaciones eléctricas Sí, porque tienen menos ruido que los diesel. ¿Cómo se articulan los aspectos técnicos de la emisión? Estamos saliendo por una frecuencia codificada en UHF con 2 Khz. Nuestra señal sale sólo en el lugar donde bajamos un decodificador de un receptor para que el destinatario de nuestro mensaje nos escuche. Transmitimos por un mástil en dirección al trazado ferroviario Norte y Oeste. Pero en cada estación y vagón colocamos un receptor para que sea escuchado allí. Ahora colocamos sensores en los distintos receptores para que, según el ruido ambiente, la radio suba o baje e nivel de audio. Si hay mucho ruido ambiente la radio sube y viceversa. En el sector Retiro-Tigre, a medida que la empresa concesionaria del ferrocarril vaya renovando el material rodante, el nivel de ruido va a bajar y vamos a poder seguir instalando el servicio en los vagones. ¿Tienen pensado extenderse a otros ramales? Sí. Estuvimos en tratativas con la gente del ex ferrocarril Roca. Pero por diversas complicaciones en la sociedad de la empresa no se pudo concretar un acuerdo. Una vez que le conflicto interno se aclare, volveremos a hablar. Por el momento evaluamos todas las dificultades que tenemos por ser un medio nuevo en prueba. Seguiremos corrigiendo errores y avanzamos técnicamente todos los días. ¿Cómo va comercialmente? El negocio no escapa a las generales de la ley de lo que pasa con la economía en la Argentina: hay mucha recesión y estamos en una altura del año muy difícil, porque la cosa se desacelera. Vamos crecer, pero un poco menos de lo que creíamos. Estamos abiertos a propuestas y a elaborar juntos pautas que, como ningún otro medio, incluyen a nuestros pasajeros/oyentes, ya que los tenemos a la mano en los vagones y en los andenes. Ninguna otra radio puede ofrecer lo mismo. En definitiva, se trata de una propuesta casi a la medida de todos y cada uno de nuestros amigos del tren. ¿Qué tipo de música se selecciona para una audiencia tan variada? No es menos importante la música que la emisora programa día a día. Reúne la característica de ser amable y no agresiva: es abarcativa de todos los ritmos, porque el público del ferrocarril es heterogéneo y consumidor de diversos géneros musicales. En fin, pasamos rock nacional, música latina, tango y folklore. Nuestra audiencia abarca un amplio abanico de gustos. ¿Cómo le hablaría a ese pasajero que lo puede escuchar? Desde esta idea inédita intentamos llegar a usted para abrirle nuestra puerta. Acá estamos para tratar de mejorar la calidad de vida, porque queremos pasarlo bien y divertirnos que tanta falta nos hace y tan bien nos viene…