Hacia un correo electrónico eficiente Por Juan José Larrea *
Correo
electrónico o e-mail son dos maneras muy frecuentes de llamar a este innovativo
método comunicacional entre dos o más personas, que de manera sencilla, casi
instantánea y sin limitaciones espaciales oponibles, permite la transmisión
de información, pudiendo agregarse a la misma fotos y sonidos, como así también
un pequeño vídeo. Este sistema de acceso inmediato y directo entre los seres
humanos ha revolucionado el mercado de la comunicación escrita desde hace un
tiempo a esta parte (y aunque aún falta mucho más) en el común de los argentinos.
Paulatinamente crecen los usuarios que aprenden a utilizar este servicio, comúnmente
llamado e-mail, que ofrece Internet, muchos motivados por los avances tecnológicos,
otros por la curiosidad, aunque hoy en día se sabe que aquellos que pudieron
vislumbrar sus alcances, comienzan a dejar los métodos clásicos o tradicionales,
en la medida que su reemplazo esté autorizado. Las ofertas de las empresas proveedoras
de servicios día a día persuaden al usuario con promociones gratuitas (algunas
pagas) para acceder a un correo electrónico propio como quien es propietario
de una línea telefónica (celular o fija), adquiriendo de esta forma una herramienta
de comunicación personal y de identificación única en el ciber espacio. Incalculables
son los envíos que se efectúan por este medio, formando un tránsito de notas
que conllevan información sobre aspectos de naturaleza tanto cotidiana como
laboral o comercial. No podemos olvidar que este canal muchas veces sirve para
entablar un contacto con gente sobre la cual conocemos sus gustos, ideas, funciones,
actividades, entre otros aspectos, aunque en realidad nunca nos fueron presentadas.
Como todos sabemos, los ciudadanos argentinos se han encontrado (y aún se encuentran)
con dificultades a la hora de ser escuchados por las autoridades gubernamentales.
El camino que deben recorrer frente a un problema que los aqueja es largo, y
pocas son las veces en que un reclamo les es respondido en términos breves.
Altos ejecutivos de compañías privadas o funcionarios públicos con sus tiempos
limitados son blanco de quejas con requerimientos sustentados en la falta de
respuesta a sus demandas. Y es ahí donde se vislumbra que en esta ilimitada
vía de comunicación puede hallarse un mecanismo sumamente útil para establecer
un nexo entre los actores intervinientes logrando satisfacer la inquietud o
reclamo del solicitante, a lo que se suma la búsqueda de un espacio respetable
entre los “desconocidos virtuales”, quienes servirán indirectamente como “publicidad
boca en boca” comentando la atención recibida en tiempo y forma. Es importante
poner de relieve que todavía en la República Argentina las empresas, tanto públicas
como privadas, en su gran mayoría no emplean el correo electrónico con sus actuales
y futuros clientes de un modo serio, efectivo y seductor. Por el contrario,
con mayor afluencia, es usado (en casi todos los casos) sólo como canal de publicidad
empresarial que, en reiteradas oportunidades carece de un adecuado manejo para
el público al que se pretende captar, tornándose hasta fastidioso para el receptor
y provocando instantáneamente en él (ciudadano, cliente, usuario) un rechazo
difícil de volver atrás. Parecieran olvidar también las grandes ventajas que
este instrumento de llegada brinda como canal interno de comunicación en toda
empresa, evitando muchas veces, el malhumor generado por sus integrantes al
enterarse por medios de prensa sobre hechos o rumores del lugar donde ellos
mismos trabajan, generando así un resentimiento improductivo. Cuán diferente
sería si la relación entre el empleador y sus empleados en lo que respecta a
informaciones, invitaciones o comentarios, entre otros puntos, se produjera
por medio del e-mail, sin intermediarios que pueden en alguna medida distorsionar
la realidad y cambiar el mensaje. En todo sistema corporativo, donde las funciones
y tareas se encuentran repartidas, donde son muy pocos los que pueden mantener
un diálogo permanente y fluido con la autoridad máxima, se podrían mejorar las
relaciones internas y estimular al empleado (quizás en forma involuntaria y
con todo lo que eso significa), con tan solo dotarlo de una herramienta ágil,
veraz, directa y fácil de usar. La explotación de este vínculo cibernético (correo
electrónico) por parte de las corporaciones, empresas, reparticiones, etc. para
un importante provecho propio marca una alta deficiencia en ellas. Tomando en
cuenta que este medio de comunicación es extremadamente económico, (permite
la transmisión de información en forma instantánea y efectiva, y merituando
que no es un producto de ocasión o de moda sino que, por el contrario, agiliza
el contacto entre las personas, en un constante crecimiento de toda sociedad
que tiende a lograr) el desarrollo tecnológico en las comunicaciones tendría
que seguir avanzándose sin perder de vista que con un empleo óptimo del e-mail
también se mejorarían muchas falencias que hoy persisten entre los gobernantes
y gobernados, ejecutivos de una empresa y sus empleados, prestatarias de servicios
públicos y usuarios o consumidores. * Jefe de prensa de la Defensoría del Pueblo
de la Nación