Si bien en su campaña presidencial el presidente Jorge Batlle prometió no echar por tierra con la existencia de las radios comunitarias, volvió a contradecir sus anuncios preelectorales una vez más y determinó la clausura de la emisora “Tapié”, de la localidad de San Ramón, en el departamento de Canelones. La radio había comenzado a funcionar hace un mes y medio. Y veinticuatro jóvenes llevaban adelante una programación variada que incluía un programa periodístico, otro de tango y varios espacios musicales. “No molestábamos a nadie ni tapábamos otras frecuencias”, dijo al diario La República su codirector, Eduardo Ancho, quien destacó que la radio era apoyada por la mayoría de pobladores. Ancho explicó que en San Ramón había “una agitación bastante importante” por las deficiencias en el servicio del canal de cable local. Dijo que los 400 afiliados se quejaron ante la Dirección Nacional de Comunicaciones por el pésimo servicio e incumplimientos de contrato. Asimismo, el codirector de “Tapié” destacó que mientras los demás medios locales “se solidarizaron con el cable”, la emisora “convocaba a las reuniones realizadas por los vecinos en el club social” para discutir el tema. A principios de diciembre, tres funcionarios de la Dirección Nacional de Comunicaciones llegaron a San Ramón, supuestamente para comprobar las denuncias formuladas contra el cable. Pero antes de visitar sus oficinas, fueron a la emisora comunitaria acompañados de un policía, quien traía una orden de allanamiento. Se llevaron el transmisor y la antena de la emisora. La idea de legalizar las radios comunitarias, ya no flota demasiado en la memoria de los funcionarios uruguayos, sino más precisamente todo lo contrario. En noviembre se clausuró “La Marea”, una radio comunitaria de la localidad de Valizas.