En diciembre se adjudicó la transmisión en una operación histórica para el sistema satelital. Y enseguida surgieron las dudas respecto de cómo será la venta de esta exclusividad. Amparado en la ley que garantiza la televisación en directo por los canales de aire, Gustavo López advirtió: “O se hace como dice la ley o no lo ve nadie”.

Cuando los directivos de DirecTV fes tejaron la decisión de la FIFA de otor garles los derechos del Mundial Corea-Japón 2002 ni se imaginaban que un mes después se desataría una catarata de dudas respecto de cómo será la futura comercialización de los partidos al resto de los medios. Ese 19 de diciembre todo era fiesta y no era para menos. Por primera vez un sistema de televisión satelital tenía la exclusividad de transmitir uno de los mayores acontecimientos internacionales que mantienen en vilo a millones de personas. La operación comercial que le costó 400 millones de dólares también lo habilita a televisar el mundial 2006 de Alemania y otras copas internacionales para la Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela, Colombia y México. Pero las dudas no tardaron en aparecer y en los primeros días de febrero hasta el propio titular del Comfer, Gustavo López, tuvo que salir al cruce de las versiones: “Si el Mundial no se transmite por la TV abierta, no se verá”, dijo en tono amenazante y la advertencia retumbó en los pasillos de DirecTV. Poco tiempo antes del anuncio oficial, el Congreso sancionó la ley 25342 que establece que los derechos televisivos de los partidos donde participe la selección argentina deberán ser comercializados para garantizar la transmisión en directo a todo el país por la televisión abierta. Esta disposición descarta de plano algunas versiones que le adjudicaban a DirecTV la intención de televisar los encuentros sólo mediante el sistema de “Pay per view” (pagar por ver), un modelo comercial que hace furor en el cable y en el sector satelital. Amparado en la ley que aún no fue reglamentada, López luego intentó desvincularse como funcionario al señalar que “la empresa sabe lo que dice la ley y no hay nada que conciliar”. Pero la idea de que al honesto, si se lo controla es más honesto, cundió de inmediato.

Aire no, cable tampoco

Garantizada la comercialización con los canales de aire del país, surge un cuestionamiento elemental. ¿Qué sucede si la TV abierta no quiere comprar los derechos o existan diferencias sobre lo que DirecTV le pida por la televisación? “Simple y llano: no podrán vendérselo al cableoperador de la zona donde esté el canal de aire”, confió una fuente del Comfer. Sin embargo, la gente de DirecTV ya amenazó con juicios si los canales abiertos se unen para bloquear el precio de la firma. Pero ante la disyuntiva que cada vez adquiere nuevas aristas, una fuente de llegada directa al número 1 del Comfer comentó: “Si no cumplen con lo que dijo López sobre el mundial, ellos van a tener un juicio”. Por otra parte se conoció que, ante un eventual quiebre de negociaciones entre la firma y el canal local, tomará intervención la Secretaría de Defensa de la Competencia, a cargo de Carlos Winograd, para arbitrar los medios y llegar a un acuerdo. En el caso de que este organismo no logre conciliar las partes, la TV abierta no pagaría el canon por los derechos. Pero esta solución ya inquieta a los titulares de emisoras abiertas que están dispuestos a abonar lo que DirecTV les pida. Lo cierto es que los partidos difícilmente se vean de igual manera en el cable y en la televisión abierta. La diversa oferta de los paquetes, desde el encuentro sólo a un valor agregado de previos y comentarios, pondrá de relieve una realidad comercial en la que el servicio privado superaría en calidad al público. En el equipo del Comfer garantizan que van “a tratar que los partidos se vean en las mejores condiciones”. Aunque confían: “¿Qué canal abierto se va a conformar con una transmisión de dos cámaras. ¿A quién le van a vender publicidad?”, se preguntan como si supieran la respuesta. Pese a que por ahora hay conversaciones muy incipientes entre el organismo y la empresa sobre el tema, la reglamentación de la ley recién se espera para marzo, por lo que todavía muchos no quieren arriesgar sobre cómo será el final de esta historia.