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La radio del siglo XXI Nuevas estéticas

Ricardo M. Haye   |   Ediciones Ciccus, La Crujía
Por Paula Croci

¿Cuál es el futuro de la radio?, es la pregunta que aparece implícita en el título de La radio en el siglo XXI, el libro que Ricardo M. Haye editó en Ediciones Ciccus, La Crujía. Después de que su autor, un agente de los medios de comunicación y docente desde hace por lo menos quince años, recorre los cambio sufridos por un medio prioritario en algún momento del siglo que pasó, se avoca a delinear lo que este medio debería hacer no solo para perdurar al lado de la televisión cada vez más eficaz para entretener, informar y crear la opinión. Lejos de ser un manual de técnicas radiales convencional, está dirigido a los estudiantes de ciencias de la comunicación o, simplemente, a quienes quieren experimentar en el campo de la radiofonía. Aunque propone una serie de técnicas para hacer radio, éstas bien podrían servir para hacer televisión o para resolver una nota destinada a los medios gráficos; es decir, en tanto entiende la radio no como una especificidad dentro de los medios de comunicación sino como una herramienta más para comunicarse, no se limita a recetas mágicas que terminan en siempre lo mismo sino que abre un horizonte sumamente amplio y al alcance de cualquier futuro comunicador. En otras palabras, el autor explota los procedimientos que se aprenden desde que se empieza a hablar y que por algún motivo quienes se ocupan de “los medios” insisten en olvidar: la creatividad, el conocimiento del lenguaje, el respeto por lo que al otro le interesa, un objetivo claro, y también una identidad compartida con los oyentes virtuales. “Un libro que aliente la vocación de proponer la personalización de los actos comunicativos proveyéndolos de perspectiva humana” es el proyecto de Ricardo M. Haye quien sostiene que lo nuevo en estética radiales consiste en mirar hacia lo más viejo : las narraciones, lo cotidiano, la forma en que habla la gente, la diversidad de propuestas e información. Finalmente, como considera que la radiofonía es una actividad grupal, el autor cierra cada capítulo con propuestas de trabajo y reflexión que podrían ser de gran utilidad a los docentes del área de comunicación.

Canal siete. Medio siglo perdido

Leonardo martínez  |   Ediciones Ciccus, La Crujía
Por Paula Croci

A lo largo de la páginas de Canal siete. Medio siglo perdido, publicado por Ediciones Ciccus, La Crujía, se ha tratado –según la palabras de Leonardo Mindez, su autor- de mostrar la relación imbricada entre la historia argentina y la trayectoria del canal estatal. Después de la lectura, queda claro que durante los últimos cincuenta años, gobiernos inestables, autoritarios, corruptos, mezquinos y, muchas veces, también ineptos tuvieron en sus manos el que no solo fue el primer canal del país sino también el primero en transmitir en colores y en incorporar la tecnología de punta. En sus estudios, desplegaron, a través de representantes del oficialismo disfrazados de actores, conductores, periodistas, etc, su teatro de poder y sus juegos de mercado; pero la falta de una política de comunicación honesta y bienintencionada, lo puso al servicio de los gobiernos de turno para divulgar y promover sus actos e ideología, en lugar de consolidar un canal al servicio del estado cuya función privativa debería ser la conservación y difusión de los valores culturales nacionales. Medio siglo después, tras casi 150 administraciones nefastas, no es otra cosa que un museo que alberga la escenografía del horror, con equipos obsoletos e inundaciones frecuentes. El eje del análisis está puesto en las leyes de radiodifusión, permanentemente violadas o adaptadas a las necesidades de cada administración, pero lo más interesante es que nos invita a trasladar los alcances de las hipótesis a todos los ámbitos del quehacer gubernamental, como si el canal de comunicación estatal fuera la parte del todo que devela la ineficiencia general. Por si no queda claro que la crisis del canal continúa hoy, en esta nueva etapa, el libro se cierra con la voz del oficialismo articulada por su vocero Juan Pablo Baylac que sin reparos dice “no vamos a renunciar al pluralismo que tienen los medios de comunicación del Estado. Pero también vamos a exigir que en la información que surge de los medios estatales sea protagonista el gobierno”.