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Un personaje de la radiofonía local
Adolfo Critto,
el hombre
de las dos “culturas”
Desde hace 13 años es el dueño de Radio Cultura 97.9 y de Cultura Musical 100.3, la ex FM Llama que convirtió su programación de lleno a la música académica luego de la crisis de Radio Clásica.
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Tiene temple moderado y gestos cuidados. Es un sociólogo dentro de la radiodifusión local desde hace 20 años. El medio lo tentó de tal manera que hasta se especializó en comunicación social en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Hoy maneja dos FM desde su oficina estilo francés en la Recoleta. Lo rodean cientos de libros y sus ojos se entrecierran cuando recuerda su paso por América, la AM que luego le vendió a Eduardo Eurnekián hace más de una década. Su esposa Sara está al frente de Fund TV, la fundación que propicia la televisión educativa y todo indica que las finanzas familiares están al servicio del conocimiento. En una hora de charla, Adolfo Critto reconoció ante R&TA que su mejor descripción es la de un ser que “facilita la elevación del conocimiento constructivo”.
¿Qué espacio ocupa la reflexión en tiempos donde la tendencia es cada
vez más rápida hacia lo efímero y efectivo?
A pesar de las connotaciones efímeras que se imponen en la sociedad, hay
mucha gente que tiene la necesidad de superarse, de encontrar un mejor entendimiento,
apreciar la belleza de las manifestaciones del arte y contribuir a la cultura
en general. Muchas veces los medios de comunicación no le dan lugar a la cultura.
Pero nosotros hemos hecho un espacio para quienes comunicar y para quienes
quieren escuchar cultura. Muchas veces son los mismos y se retroalimenta.
¿Qué se tiene en cuenta a la hora de pensar la programación de Radio
Cultura y cómo se piensa al oyente?
Lo que más nos interesa es que quien llega con una propuesta, que sea constructiva.
Nuestro lema es “La radio que eleva”. Y a eso aspiramos, a levantar el nivel
cultural, humano y de calidad de vida.
¿Cómo son los pasos desde la propuesta hasta que llega al aire?
Se evalúa el objetivo y de qué modo se piensa lograr. Muchas veces nos traen
demos y otras veces ya son productores destacados del ámbito. Se les muestra
el marco de lo que somos.
¿Quiénes no podrían estar en la radio?
Todo lo que sea destructivo. Han llegado a entrar algunos programas así, que
hablaron sin respeto de ciertos grupos, discriminándolos. O no son cuidadosos
de la audiencia. Es bastante frecuente que aparezcan propuestas engañosas,
que ofrecen cursos inexistentes. También vino mucha gente con programas esotéricos
y consideramos que no le hace bien a la audiencia y no corresponden a la verdad.
Por más que estén dispuestos a pagar lo que sea por aparecer en el aire,
no se acepta
Sí. Nuestra política es que el productor de cada programa se ocupa de la comercialización
de sus avisos. Y abona un canon a la dirección. Pero cuando algún caso se
desvió del objetivo, la misma audiencia se encargó de separarlo.
¿Es rentable invertir en cultura?
Nosotros somos austeros y se puede mantener un medio en esas condiciones.
Además, los anunciantes pagan por estar al lado de productos constructivos
porque de alguna manera buscan prestigio. Para algunas empresas le sirve como
imagen positiva. La radio propicia mucho la defensa del medio ambiente y eso
los ayuda porque están comprometidas con ello.
En general no proliferan radios culturales ¿Se sienten solos en el ámbito?
Pienso que en casi todas las radios hay presencia de micros culturales. Lo
que pasa en que en nuestra radio sólo es eso. Y tiene su público.
¿Un público fanático?
Y la mayoría la tiene clavada en el dial 97.9. A pesar de la variedad de programas
(salud, desarrollo social, musical, ecología, arte, etc), el hilo conductor
es la búsqueda de calidad y lo van encontrando a través de los distintos horarios.
Se comunican mucho con la radio.
¿Y eso les llama la atención?
Es que la audiencia no sólo es fiel, sino también participativa. Eso estimula
mucho al conductor y al productor y se produce tal círculo virtuoso que provoca
darle más a la propia radio. Hablo de equipamiento, potencia, infraestructura
y calidad ante los oyentes.
¿Es decisivo el apoyo de la audiencia?
Para graficarlo, el año pasado, cuando entró en crisis Radio Clásica, recibimos
muchos llamados para incorporar esa música. Y nos llevó a transformar la onda
100.3, que estaba dedicada a la cultura juvenil, en una dedicada a la música
clásica por completo.
Una apoyó la salida de la otra, pero también usted vio el espacio que
quedaba vacío
Es que no podía satisfacer toda esa expectativa de los oyentes de Clásica
a través de Cultura. Ellos son fanáticos y quieren escuchar su música las
24 horas. Por eso nos presionaron y así se logró el cambio.
¿Cómo se ejecutó el traspaso?
Claudio Lecan, el jefe de operadores y Vanina Castro, del área comercial y
de programación, me advirtieron sobre una lluvia de llamados de gente que
no podía dejar de escuchar la música clásica. Con el tiempo se acrecentó y
tomé la decisión de destinar la onda a eso.
¿Y qué pasó con FM Llama, con su gente, su estilo?
Les propuse a los productores de seguir con el nuevo emprendimiento, de pasarse
a Radio Cultura o de irse, pero todos pudieron elegir y no hubo inconvenientes.
Aún no habló sobre el perfil comercial que implicó el cambio...
Me pasó lo mismo que con Cultura hace más de 12 años. La idea siempre
es hacer un servicio con la esperanza de cubrir los costos. Por el momento
está produciendo poco pero el producto es muy bueno y tengo la confianza y
la seguridad de que va a autofinanciarse.
¿Resultó difícil el comienzo, con la obligación de estar las 24 horas?
¿En quiénes se apoyó para darle vida?
Conté con la colaboración del compositor Roberto Blanco Villalba en la programación
y con el locutor Mario Keegan, un excelente profesional que en los avatares
de Radio Nacional quedó afuera. (El martes 12 de marzo, Keegan recibió el
premio ETER a la trayectoria en locución).
¿Cómo se obtuvo la discografía?
De la mano de Blanco Villalba. Pero además mucha gente nos ofrece en préstamo
porque son fanáticos.
¿Recuerda alguna anécdota que explique esta pasión?
Una vez, para darle mucha más llegada, Cultura Musical estuvo fuera del aire.
Y fue tal la repercusión que causó su ausencia momentánea en el dial que hasta
el propio Comfer nos llamó para decirnos que ellos no estaban en contra nuestro
y que la radio transmitía de manera perfecta. Lo que pasó fue que la gente
llamó al organismo pensando que habían sido ellos los que habían cerrado la
radio y les exigieron que solucione el tema. Ellos son así, sienten que la
radio les pertenece y está bien. Está hecha al servicio de sus gustos y me
complace ser un facilitador de cultura.
Radio Cultura tiene PPP para transmitir desde el 97.9. Cubre toda la Capital Federal y buena parte del Gran Buenos Aires. Sus estudios están ubicados en Bernardo de Irigoyen 972, al igual que su antena, apoyada sobre una torre de 120 metros. Su potencia alcanza los 20Kw con doble polarización circular y vertical. Por su parte, Cultura Musical 100.3 también está ubicada en el mismo espacio de Cultura, en Constitución y su potencia es de 25KW. Gracias a los llamados de la gente, la dirección de la radio decidió mejorar su alcance en la zona Sur. Sin embargo, por la proliferación de emisoras clandestinas, aún resulta dificultosa su audición en el Norte del conurbano bonaerense.