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Para julio o agosto
Al final retrasaron
la
entrega de los Martín Fierro
Después de varias idas y vueltas, APTRA decidió postergar la entrega del
Martín Fierro hasta julio o agosto. A pesar de que estaba programado para
fines de mayo, la asociación que agrupa a los periodistas del espectáculo
no arregló la emisión con ningún canal y el evento quedó en suspenso.
Al parecer, Escuadra, la empresa que adquirió los derechos de televisación
de la ceremonia, había conseguido una oferta de Telefé que rondaría en los
200 mil pesos, pero la asociación no se mostró convencida con la cifra. Aunque
las condiciones del país no son las mismas, años anteriores, Aptra obtuvo
alrededor de 600 mil dólares por la transmisión.
Escuadra también estaba en conversaciones con la señal E! Entertainment para
hacer la antesala del evento y con varias empresas para que formen parte de
la conferencia de prensa. Sin embargo, a la hora de hacer números, los directivos
de la asociación no se mostraron convencidos y Escuadra decidió rescindir
el contrato entre ambos.
Aptra, por su parte, tiene la intención de reanudar las conversaciones con
Canal 7 que, un primer momento, se había mostrado interesado. Sin embargo,
resulta difícil pensar en la posibilidad de obtener una oferta más jugosa
de aquí a un par de meses.
Nominación en conflicto
Aunque la entrega del Martín Fierro ni siquiera tiene fecha definida, sus
nominaciones ya comenzaron a suscitar conflictos.
La Sociedad Argentina de Escritores (SADE) podría pedirle a las autoridades
de APTRA que excluya de las nominaciones al ciclo Tiempo Final, producida
por Alejandro y Sebastián Borensztein.
El reclamo de SADE; que también incluye al autor Alejandro Ocon, se debe a
una demanda de plagio contra los responsables del ciclo que emite Telefé por
apropiación indebida de los derechos de autor de la novela “La Plegaria del
vidente”, del novelista Carlos Balmaceda, para realizar el capítulo “La Adivina”.
Compraron 30
segundos en
CNN para incitar a no mirar tele
Decenas de organizaciones en todo el mundo invitaron a la gente entre el
22 y el 28 de abril a la abstención catódica en el marco de la semana internacional
sin tele, pero sólo una ganó el premio a la mejor influencia.
Se trata de la entidad estadounidense Adbusters, que bajo el lema “Apague
el televisor y encienda su imaginación”, compró con la ayuda de sus miembros
30 segundos en la señal CNN sólo para incitar a no mirar televisión.
Se cree que la organización pagó varios miles de dólares por mantener durante
medio minuto una pantalla en negro en el ciclo del prestigioso animador Wolf
Blitzer, el pasado 18 de abril. Y de inmediato se instaló el debate en el
seno de la propia sociedad americana, luego que más de un millón de televidentes
se asombraron por la originalidad del comercial y se contactaron con Adbusters.
Su costosa iniciativa pretende reforzar su teoría de la necesidad de una liberación
colectiva de la pequeña pantalla. Como alternativa, propone dedicar el tiempo
a pasear, leer o, simplemente, a charlar con los amigos. Quienes cuando llega
el fin de semana no saben qué hacer sin tele, pueden participar en su foro.
En la Argentina, la iniciativa fue impulsada por la asociación “TV La Familia”,
integrada por decenas de niños y jóvenes que proponen para esos días “realizar
miles de actividades creativas y descubrir todo lo que uno pierde si mira
mucha televisión”.
Según las estadísticas, un ciudadano de un país occidental mira como promedio
entre 3,5 y 4 horas de televisión por día. Y al parecer, luego de sendos estudios
sobre el tema, profesionales y científicos concluyeron que tantas horas alejados
de la realidad producen cortes afectivos, agresividad, desinterés por compartir
relaciones y retrocesos de habilidades intelectuales y espirituales.
La medida “no tiene nada en contra de la tele, sino a favor de encontrarse
con otras cosas”, aseguran los organizadores.
En España, Ecologistas en Acción intenta fomentar una reflexión sobre el papel
cada vez más importante que juega este medio de comunicación en nuestras vidas.
Según la ONG, «la reducción voluntaria y drástica del tiempo que pasamos frente
al televisor permite vidas más plenas, saludables y participativas».