Editorial
El tango, como expresión (acaso máxima) de una parte de la Argentina, resulta contradictorio en múltiples aspectos. “Sufra canejo, sufra y no llore, que un hombre macho no debe llorar”, aconseja por un lado, pero enseguida le sale al cruce “Discepolín” para advertirle que “el que no llora, no mama”.
Este editorial no pretende, por cierto, convertirse en lacrimógeno. Poco puede agregar una publicación especializada como ésta a lo que los argentinos viven día a día como penuria, como tragedia, como angustia.
La crisis brutal que aqueja al país también nos afecta y, en virtud de las situaciones particulares de cada hogar, no seremos nosotros quienes vayamos a encabezar la recuperación del país. No es que no queramos, sino que no podemos más que lo que nuestra humilde trinchera nos permite.
De la misma manera que la devaluación, la inflación, la estampida del dólar, la caída de las ventas y la masiva expulsión de trabajadores de sus empleos afectan día a día a millones de argentinos, R&TA también sufre.
Los sueldos de los periodistas no pueden crecer, pese a que lo merecen. El papel para imprimir este ejemplar que Ud. tiene en sus manos vale dos veces más que en diciembre. La tinta con que está escrito sufre algo similar. La publicidad se cae irremediablemente porque pese a que las empresas siguen apostando a este proyecto, creen en él y siempre han tenido excelentes resultados por anunciar en estas páginas, simplemente encuentran muy difícil la forma de continuar adelante.
La espiral descendente parece un remolino en medio del océano, que arrastra hacia abajo, pone a todos al borde de la desesperación porque el resultado final, inevitable, trágico, es la muerte. Uno sabe que se está ahogando y no puede evitarlo.
Ante ese panorama, hay dos alternativas visibles: resignarse a la ¿suerte? o pelear con las pocas armas y las escasas fuerzas que van quedando, para apostar a una milagrosa tabla salvadora que impida el desenlace fatal. Hemos optado por esta segunda opción.
Como la mayoría de los medios de comunicación independientes en la Argentina, R&TA está en crisis. Pese a eso, no ha rebajado la calidad de su material, ni ha claudicado en su espíritu periodístico y su vocación de servicio. Como diría Martín Fierro, “no nos van a apartar de la huella ni aunque vengan negociando”.
Cada mes, mientras las fuerzas y la ilusión de ser útiles permanezcan en nosotros, R&TA seguirá brindando un servicio periodístico digno, veraz, coherente, serio, profundo, amplio, generoso. Nos ayudarán, como lo hacen hasta hoy, quienes comparten el esfuerzo de seguir adelante con sus avisos. Quienes siguen apostando a R&TA que, en definitiva, es apostar a un modelo de país plural, participativo, abierto.
Un país grande pese a su dirigencia pequeña, pequeñísima. Vaya entonces nuestro compromiso de apretar los dientes y embestir contra la adversidad. Vaya también nuestro agradecimiento a quienes siguen creyendo.
Vaya finalmente, nuestra esperanza de convertir este páramo en un vergel.
Ruben S. Rodriguez
Editor
ruben@rt-a.com