CableVisión intensificó el
combate a la clandestinidad

Apresaron a un cableoperador
por robo de imágenes


Página 18

 

 



Página 18

Lanzó una campaña para bajar la ilegalidad

CableVisión intensificó el
combate a la clandestinidad

Reconocen que el nivel de “colgados” se incrementó un 15% con la crisis. Por eso incrementó el control para erradicarlos y busca generar conciencia en la gente sobre los riesgos de una conexión apócrifa. El deterioro de la red perjudica el lanzamiento de nuevos productos.

Roberto López y Néstor Palmisano

CableVisión está dispuesto a evitar que el aumento de las conexiones clandestinas haga estragos en su recaudación. El 15% más de “colgados” al cable que se registra desde este año producto de la crisis movilizó a la cúpula del mayor MSO del país para reducir al máximo el nivel de ilegalidad, estimada en más de 100 mil casos sólo en Capital y Gran Buenos Aires.
Desde mayo, la compañía reforzó el control para combatir este fenómeno que afecta a toda la industria de la TV paga en la Argentina, con pérdidas del orden de los 360 millones de pesos por año y un creciente deterioro de la red en todo el país. La idea ahora, además de dinamizar la detección de ilegales, es generar una concientización en la gente a través de una campaña donde se advierte sobre las consecuencias negativas de la conexiones no oficiales en la calidad de la imagen y la seguridad de los abonados.
Pero más allá del objetivo empresarial de proteger al abonado, CableVisión no desconoce que de seguir en alza esta tendencia, los negocios derivados de la transmisión de datos por el cable también se verán disminuidos si no se sale a terminar con el flagelo lo antes posible.
Los múltiples efectos que la crisis provoca en las economías personales, sumado al aumento del abono de cable, produjeron que al menos 200 mil argentinos más pasaran a engrosar durante 2002 la lista de 750 mil “enganchados” en todo el país.

Las consecuencias del fenómeno

“Es verdad que se intensificó el nivel de clandestinidad”, confirmó a R&TA Roberto López, jefe del departamento de auditoría técnica de CableVisión y máximo responsable del tema. “La gente empieza a reducir gastos, tiene disponible una mano de obra de clandestineros que se aprovechan de la situación y decide colgarse sin contemplar aspectos de seguridad muy importantes y de calidad de imagen”, explicó el ejecutivo.
La ilegalidad en este contexto de crisis -se da tanto en zonas de alto poder adquisitivo como en áreas más carenciadas- también estaría potenciada por la conocida viveza criolla de buscar nuevas alternativas de delitos en pos de un negocio redondo.
Y ahí es donde aparecen las consecuencias en la empresa. “Se pierde recaudación y se deteriora la red, porque cuando la rompen, no sólo perjudican la señal de TV sino que también tiran abajo la transmisión de datos. Si CableVisión está dispuesto a lanzar nuevos productos, no puede más que frenar esto con la mayor fuerza que tenga”, reconoció López.
Sin embargo, los efectos en el abonado adquieren aristas que rozan no sólo la calidad de la imagen, sino la propia seguridad personal. Al pinchar el cable, aparecen interferencias de ondas aéreas y se corta la señal. Pero como se destruye el blindaje, no se descarta que hasta pueda entrar agua y arruine el equipo de televisión.
“El clandestinero –continuó el técnico- hace una instalación que no respeta normas de calidad; no está regido como la empresa por un procedimiento técnico y un estándar específico de calidad sobre los elementos que se utilizan. Nosotros guardamos una altura determinada y nos encontramos con conexiones clandestinas cerca de cables de luz o dispuestas de tal forma que pueden ser enganchadas por camiones”.
Para CableVisión hay distintos tipos de clandestinos: “está el vecino que te cuelga desde su casa, el enganchador simple que lo hace desde la calle y las organizaciones que actúan como bandas delictivas”, apuntó López.
Estas tienen montado toda una estrategia comercial donde cobran por el servicio y bajo presión logran convencer a la gente de la legitimidad de sus acciones. Según la experiencia de la compañía, se han encontrado casos donde al mes de instalado los delincuentes producen un corte, le dicen a la gente que fue una decisión de la empresa de cable y luego vuelven a pedirle dinero para reconectar. Incluso hubo organizaciones que hasta editaban revistas para un conjunto de 300 abonados.
“Muchas veces –dijo el jefe de auditoría- se encuentran instalaciones similares a las nuestras producto de los elementos que ellos mismos han robado a la empresa, pero dispuestas de una manera muy diferente a los parámetros necesarios”.

El círculo de la detección

R&TA: ¿Cómo comienzan los operativos para determinar quiénes son clandestinos?
López: Primero se toma en cuenta a los propios vecinos que denuncian. Atendemos los reclamos a través de e-mail o por el SEAC (servicio de atención al cliente). Se toman 22 mil denuncias certeras al año y con cada una se hace un parte interno y se sale a constatar. Si el lugar es especial o se supone que puede haber agresión, se pide la intervención de la policía.

¿Y al encontrarse con los colgados?
Los cables que no sean activos se cortan. Limpian la toma y se colocan elementos de protección. Si es principiante se le deja una notificación prejudicial. Si es reincidente, le sacamos una foto y armamos un legajo. Al final, si llega a producirse de nuevo la clandestinidad iniciamos acciones legales.
Todo depende del daño que se produzca. Porque si se rompe un troncal de entrada, la empresa puede accionar antes. En cambio, si la circunstancia es menor, sólo se le notificará y buscaremos luego si reincide o no.

¿Bajo qué otros parámetros de detectan conexiones ilegales?
La empresa toma su propia iniciativa de búsqueda a través de los “barridos”. Son recorridos programados en zonas con alto nivel de clandestinidad obtenidos de acuerdo con los índices que maneja la empresa.

¿Cuáles son esos parámetros?
CableVisión tiene un sistema de alerta sobre el funcionamiento de su red a través de un centro que verifica su estado. Hay indicadores que se miden y salen a la luz detalles que hacen suponer clandestinidad. Nos damos cuenta muchas veces por una baja penetración en determinada área, porque se registran más denuncias en un determinado lugar y también sobre la base de los antecedentes que disponemos en la base de datos.
Néstor Palmisano, coordinador del sector “clandestinos” de CableVisión comentó que el tipo más común de conexiones se da en los edificios. “En la mayor parte de las intervenciones encontramos violentada la caja de distribución de la terraza”, explicó. Según dedujo luego de varios casos, “es complicado determinar hacia qué departamentos va el enganche”. Por eso se determinan las bocas libres que existan para saber cuáles están en la caja y proceder sobre éstos.
Menos nocivo es la clandestinidad “intramuro”. Se trata de la conexiones que se establecen dentro del propio hogar del abonado para habilitar una boca más de salida de la señal sin declararla.


Caso inédito en Santiago del Estero

Apresaron a un cableoperador
por robo de imágenes

El propietario de la empresa Telecom Cable Color Añatuya (T.C.C.A.), de Santiago del Estero, fue encarcelado a inicios de junio por hurto de señales de TV paga luego de haber sido denunciado hace un año por la productora Pramer.
Según informó la empresa, su abogado patrocinante, Vicente Nelson García, había denunciado el robo de imágenes en reiteradas oportunidades en el Palacio de Justicia de esa ciudad.
Pero recién ahora el juez Alberto Chanán dispuso la detención del cableoperador luego de comprobar la falta y ordenó su arresto a través de un operativo concretado en las calles céntricas de Añatuya.
“En el marco de esta campaña en todo el territorio argentino y en América Latina, PRAMER se encuentra trabajando activamente en la lucha contra las empresas que transmiten señales de televisión en forma ilegítima e intensifica esta campaña para desactivar estos actos de piratería”, comunicó la firma.
Por otro lado, según informaron fuentes judiciales el 4 de junio, el Tribunal en lo Criminal N° 1 del Departamento Judicial Mar del Plata condenó a dos años de prisión en suspenso a Daniel Agustín Martínez, por los delitos de encubrimiento y de tentativa de robo en perjuicio de la firma Multicanal SA.
La empresa comunicó que paralelamente, al acusado Martínez y al prófugo Daniel Andrés Pau se les sigue una causa por asociación ilícita y robo calificado por el delito de conexión clandestina de señales de televisión por cable.