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Canal 7 y el modelo de televisión gubernamental
¿Porqué la Argentina
no logra
imponer una TV pública de calidad
como otros países?
La emisora local y las cadenas del exterior tienen sustanciales diferencias en las formas de financiación, distribución y en la programación. Uno de los principios para las televisoras del exterior es la pluralidad en lainformación y la expansión de los canales. La mayoría pertenecen a Europa, pero en Latinoamérica también hay ejemplos de este sistema. En países como Francia o Estados Unidos, existen emisoras públicas sustentadas por el Estado y por manos privadas. Diversos profesionales y especialistas coinciden en que el ex ATC refleja una TV al servicio del gobierno de turno. Un debate que se repite desde hace decenas de años.
Un encendido discurso de Evita en los balcones de la Casa Rosada para conmemorar
el “Día de la Lealtad” fue el puntapié inicial para la televisión estatal
en la Argentina. Así, la pantalla local desplegó su primer imagen para difundir
un accionar gubernamental y, a pesar de haber pasado más de medio siglo, no
parece haberse alejado mucho de ese primer objetivo.
A casi 51 años de haberse emitido la primer imagen televisiva en la Argentina,
las principales quejas hacia Canal 7 se repiten una y otra vez. Políticos,
profesionales del medio y televidentes coinciden en que la emisora es siempre
utilizada para difundir los intereses del gobierno de turno, algo similar
a lo que le dio vida.
Para muchos, Canal 7 ni siquiera se acercó nunca al concepto de TV pública.
Aquel concepto que es moneda corriente en países como España, Alemania, Italia,
Inglaterra y Francia, entre otros. Las profundas diferencias entre la emisora
local y las cadenas de TV pública del exterior se pueden visualizar en la
forma de financiación, la distribución y los contenidos de programación.
Financiación
Mientras que para sostener Canal 7 el Ejecutivo Nacional destina una partida
de dinero que este año supera los 20 millones de pesos, sistemas de TV pública
como el inglés (BBC) se financian con asignaciones de fondos aprobados previamente
por el Parlamento. En el caso de Alemania, los habitantes que poseen televisor
pagan un impuesto trimestral que ronda en los 30 dólares para mantener los
tres canales públicos.
Claro está que la Argentina no atraviesa por un momento adecuado para sumar
más impuestos, pero el dinero destinado para la TV estatal también proviene
de la recaudación que realiza el Gobierno por el pago de cargas tributarias.
También existe el caso de la televisión española (RTVE) que se financia con
publicidad de las emisoras públicas que se transmiten en España ya que TVE
Internacional sólo se puede ver en el exterior, fuera de este país. Lo mismo
pasa con RAI Internacional de Italia y la Deutsche Welle, dirigida a los germano
parlantes que se encuentran fuera de Alemania.
Distribución
Una característica común a las emisoras que están destinadas al exterior
es que no poseen publicidad, sino que sólo comercializan espacios los canales
públicos que se pueden ver dentro del país. De esta manera, las cadenas del
viejo mundo tienen una fuerte política de expansión hacia el exterior, algo
que no ocurre con la emisora local.
De todos modos, existen límites al porcentaje de ganancias que la TV pública
del exterior puede obtener por medio de la publicidad. En el caso de Canadá
y Holanda, el cupo se extiende al 30 por ciento y en Italia asciende al 37
por ciento. También existen los límites de publicidad a determinadas franjas
horarias como es el caso de los dos canales públicos emitidos en Alemania,
que sólo pueden poner al aire publicidad en dos bloques determinados durante
la franja prime time.
Programación
En cuanto a las diferencias que incumben a la programación, los canales
de las cadenas europeas que se emiten sólo para el exterior son principalmente
informativos aunque, a diferencia de las críticas que se le hacen a Canal
7, no prevalecen las noticias del accionar gubernamental. Las novedades apuntan
a los sucesos más relevantes del ámbito internacional. “La TV pública de Alemania
tiene la misión de ser pluralista. No prevalece la información del Estado
porque tampoco sería aceptado por los ciudadanos”, explicó la representante
de la Deutsche Welle en la Argentina, Silvina Márquez. En los próximos días,
la emisora incluirá nuevos ciclos entre los que se encuentran “Arriba el ánimo”,
con la conducción de Raúl Portal; “Convicciones” con Lucho Avilés; y un programa
de documentales producidos por Roberto Vacca. Pero una de las características
históricas de Canal 7 es su bajo rating y, en consecuencia, el poco interés
de la población por ver su programación.
Sin embargo, la TV pública de Europa parece ser sustancialmente distinta.
Los programas de investigación de la televisión española se convirtieron en
un clásico que ningún canal privado pudo superar. Lo mismo ocurre con los
documentales británicos y los informativos especiales de la BBC que alcanzaron
importantes segmentos de audiencia. Otro de los casos es el de los reportajes
analíticos que llevan a cabo ARD y ZDF, los dos canales públicos que se emiten
dentro de Alemania.
Un ejemplo que refleja esta realidad es el de la BBC que, durante varios años,
dedicó parte de su programación a la exhibición de investigaciones arqueológicas
de Europa y América. ¿El resultado? La cantidad de integrantes de las sociedades
arqueológicas británicas se multiplicó por veinte en cinco años.
No todas son rosas...
Más allá de los aspectos positivos que poseen las cadenas públicas del exterior,
también existen conflictos internos y críticas que se disparan desde el viejo
mundo. Tal como ocurre en la Argentina, los dueños de emisoras privadas de
Alemania se enfrentan al Estado porque no están de acuerdo con que las cadenas
públicas emitidas dentro del país vendan publicidad. A pesar de que ARD y
ZDF poseen franjas limitadas de horario para comercializar espacios, algunos
empresarios no dudan en afirmar que desde las televisoras públicas dicen una
cosa y hacen otra. Así, las quejas giran en torno a la programación ya que
según los privados, la TV pública debe hacer sólo programas culturales que
generen menos rédito y se oponen a que emitan ciclos de entretenimiento, que
resultan ser más masivos. Otro caso que suscita críticas es el de TVE en el
que la tecnología no se asemeja a la del primer mundo ya que, hasta el cierre
de esta edición, su página web estaba fuera de servicio “por migración a unos
nuevos servidores”. Sin ir tan lejos No hace falta cruzar el océano para encontrar
ejemplos que reflejen el funcionamiento de lo que es una televisión pública.
Inravisión, la cadena de Colombia, posee tres emisoras: Canal A, Cadena UNO
y Señal Colombia. Días atrás, la Comisión Nacional de Televisión de ese país
dispuso la partida de 3 mil millones de pesos colombianos (casi 1.200.000
dólares) para “efectuar el mantenimiento integral de los equipos que forman
parte de las estaciones”, según indica la resolución. El plan aprobado a fines
de abril pasado será desarrollado con la aplicación de acciones técnicas preventivas
y correctivas que se requieran.
En tanto, la resolución indica que la Junta Directiva de la CNTV podrá autorizar
al director de la entidad “para celebrar contratos de fomento con operadores
públicos, a efectos de transferirle la propiedad, uso o el goce de bienes
y recursos que se destinarán a la prestación del servicio y a garantizar el
cumplimiento eficiente del mismo, el pluralismo informativo y la competencia.
Así, la CNTV busca la mejor prestación de un servicio libre, competitivo y
eficiente”. En tanto, los recursos para el desarrollo de este plan de mantenimiento
surgieron del Fondo para el Desarrollo de la Televisión.
Sin embargo, este tipo de planes parecen estar lejanos a la realidad argentina.
Algunos profesionales del medio y políticos también adjudican las fallas de
Canal 7 a la falta de una legislación clara que contemple el concepto de TV
pública. Lo cierto es que las quejas hacia la emisora local se repiten año
a año y gobierno a gobierno.
Días atrás, el productor Carlos Rottemberg, un entendido en la materia, manifestó
a R&TA: “Canal 7 está sobredimensionado de gente
en tanto y en cuanto no se explote al máximo la capacidad operativa que tiene.
Si se explotase como debiera, con las posibilidades de ese edificio y la llegada
que tiene a todo el país, no se si está tan sobredimensionado como algunos
dicen. Mientras no tenga programación, todo sobra. Además, debe estar financiado
por el Estado. Conseguir publicidad propia es tan lógico como que exista una
cooperadora o gente que aporte a un hospital público”.
La cadena TV5 de Francia escapa a las generales de la regla
ya que está en un 50 por ciento en manos estatales y el otro 50, pertenece
al sector privado. Además, no tiene acceso a toda la población, sino que está
dispuesto como un canal de cable. En cuanto a la publicidad, la emisora comenzó
hace sólo unos meses a comercializar espacios. Respecto de la programación,
está dividida en cinco bloques: cine, fútbol, informes, niños y weekend. Este
último incluye ciclos de entretenimiento, magazines y documentales.
El principal informativo de esta emisora es el más visto por los propios franceses.
Según la encargada de Desarrollo y Ventas de TV5 para Latinoamérica, Corina
Goicoechea, “la mayor parte de la información es internacional y no tiene
una línea oficial”.
Actualmente, esta cadena “es la tercera en difusión mundial, después de la
CNN y MTV”, aseguró Goicoechea. Está posicionada en los cinco continentes
con más de 130 millones de hogares abonados.
Otro caso particular es el de Estados Unidos dónde la TV pública también es
financiada en parte por el Estado y universidades, aunque un 59 por ciento
de los aportes provienen del sector privado. Y, actualmente, esa fórmula resulta
exitosa ya que se ubica tercera en el ranking de canales. Según las estadísticas,
el 100 por ciento de la población la mira en algún momento del día.
Además, las empresas saben que no pueden dejar de auspiciar ciclos y el Gobierno
no incursiona en la línea editorial porque sólo aporta el 14 por ciento de
los fondos. Según Marilyn Mohrman-Gillis, vicepresidenta de Asuntos legales
y políticos de APTS (Asociación de estaciones americanas de TV pública), “nosotros
no hacemos publicidad porque la regulación de nuestro mercado nos lo prohíbe.
Pero el sector privado, siempre se muestra interesado en hacer conocer que
están financiando a la TV pública y apoya con publicidades o auspicios para
los programas”.
Aunque parezca mentira, en Alemania hay una gran porción de
los habitantes que “no saben que existe la Deutsche Welle”, afirmó la representante
de esta señal en Argentina, Silvina Márquez. Es que la DW es el canal público
que se emite sólo fuera de Alemania. Las emisoras ARD y ZDF se pueden ver
dentro del país.
Según Márquez, “la TV pública se diferencia de la TV privada porque tiene
un eje más dedicado a la información que al entretenimiento”. En este sentido,
la TV comercial posee mayor cantidad de talk show y ciclos de juegos. Incluso,
la DW tiene un perfil más informativo que las propias emisoras públicas que
se ven dentro del país.
Parte de la programación que se emite está regionalizada de acuerdos a las
distintas zonas que comprende Alemania. Y en este punto surgen algunas críticas.
De acuerdo con lo que manifestó Márquez, “la TV pública tiene la misión de
ser pluralista, pero hay críticos que dicen que la TV de determinada región
es más oficial”.
Además, la representante en Argentina aseguró que el sistema público “muestra
a todos los extractos sociales. Hay tantos medios en Alemania que si un canal
no está haciendo el enfoque adecuado, otro canal lo va a hacer. Pero la mayoría
de la población mira el noticiero de la TV pública”, que también tiene llegada
al resto de Europa.
Por otra parte, el año que viene podría llegar a la Argentina German TV, un
canal premium también de Alemania dedicado a la familia, con una mayor porción
de entretenimiento y ficción. Actualmente, su ingreso al país está en estudio.
Para eso, en abril se llevó a cabo diversos encuentros con cableoperadores
y representantes de la comunidad germano hablante.
Radio Televisión Española (RTVE) incluye a Televisión Española
Internacional (TVE Internacional), Televisión Española Temática, Radio Nacional
de España, al Instituto Oficial de Radio y Televisión y a la Orquesta Sinfónica
y Coro.
TVE Internacional, la cadena destinada al exterior, “está conformada por programación
de los dos canales de aire del Grupo y por material producido especialmente
para el exterior. Cuenta con telediarios, series de ficción, programas de
espectáculos y de deportes”, explicó Alberto Mancuso, presidente de Accion
Group, la empresa que representa a TVE en la Argentina.
En tanto, en España se emiten los canales temáticos Antena 2 y Antena 3, que
se mantienen por medio de la venta de publicidad, de señales y de contenidos
del Grupo RTVE.
De todos modos, la única señal que se vende al exterior es TVE Internacional
que, actualmente, está posicionada en los cinco continentes con una llegada
del 93 por ciento de los hogares con cable en la Argentina.
RAI Internacional se trasmite al exterior con programación que
proviene de Radiotelevisione Italiana (RAI), el canal italiano que se difunde
en ese país. La emisora destinada a los cinco continentes produce programas
originales dirigidos a los italianos que viven en el exterior, y a aquellos
que tienen un vinculo de origen o interés en Italia.
La red internacional nació en 1995 para desarrollar la presencia del Servicio
Público en la distribución radiotelevisiva del exterior y para responder a
las exigencias de información y servicios de las colectividades italianas
que viven afuera del país.
Según manifestaron desde la cadena, “tenemos dos objetivos: difundir y promover
en el mundo de la manera más eficaz el conocimiento de la lengua y cultura
italiana, y representar de la mejor forma la marca RAI, además de defender
la competitividad del producto italiano dentro del complejo mercado radiotelevisivo
internacional”. En Italia, se puede acceder a RAI News 24, RAI Sport y RAI
Educacional. En cuanto a la programación de RAI Italia, el canal cuenta, en
su mayoría, con oferta de noticias locales y fútbol.
El crítico de televisión Carlos Polimeni aseguró que “el manejo
de los medios estatales en la Argentina ha estado siempre regido por una concepción
gubernamentalista. Cada gobierno toma a los medios del Estado como órganos
de difusión gubernamental más que como medios al servicio de la gente. Pero
como lo hacen con culpa, en la pantalla alternan los productos pro gubernamentales
y otra clase de productos que parecen apuntar a una TV estatal. Es clave para
analizar esto cómo las caras de los conductores y columnistas cambian en los
noticieros de un gobierno a otro”.
En este sentido, manifestó que “el gobierno anterior de la Alianza tuvo dos
etapas: en una parecía apuntar a pluralizar los medios de la línea política
del gobierno y otra dónde hubo un retroceso en el que se empezaron a usar
los medios como un instrumento de propaganda turística. Y el peronismo tiene
una larga serie de problemas con el manejo de los medios estatales y su relación
con los privados”.
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La periodista y escritora Silvia Itkin sostuvo que “los argentinos
no conocemos la televisión pública. Hay cadenas que tienen subsidios a la
promoción cultural, que acá no existen porque tenemos mucho atraso en todo
lo que es mecenazgo. Incluso, no hay una legislación clara y a partir del
20 de diciembre, este tipo de cosas están más detenidas que nunca por la inestabilidad
y las urgencias existentes”.
“Creo que Canal 7 está en decadencia y sigue siendo gubernamental. La prueba
es que cambiaron el logo cuando se fue (Fernando) De la Rúa. Me parece que
hay una leyenda urbana que dice que poniendo en pantalla a cantantes folclóricos,
espectáculos de tango y del campo implica hablar del país. En realidad lo
que se hace es una postal estereotipada”.
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Según el titular del área de Fomento del INCAA y ex funcionario de Canal 7, Rodolfo Hermida, “la televisión actual es gubernamental. Nuestra gestión en el gobierno de la Alianza intentó acercarse lo más posible al concepto de TV pública en Argentina y que, a mi juicio, los políticos no lo entienden, no lo quieren o no lo valoran”. “Canal 7 se sigue administrando como una emisora al servicio del gobierno de turno. Hoy, el canal es un desastre y lo digo con tristeza. No sé porque no se continuó con el espíritu de la gestión anterior. Es inadmisible que todavía siga una vieja legislación. Es necesaria una nueva reglamentación porque va a reactivar el sector de la TV. Hasta que no haya una ley que le una continuidad jurídica, el canal no va a tener estabilidad. Hoy, la TV no es democrática, discrimina algunos sectores y es de baja calidad artística”.
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El secretario gremial de la Asociación Argentina de Actores,
Walter Banzarini, sostuvo que Canal 7 “nos debe dinero y todavía no tuvimos
noticias de los pagos. Ya dijimos que vamos a hacer un piquete en la puerta
del canal durante la transmisión de la entrega de los Martín Fierro”.
“Además, no tiene ficción, cuando es sabido que los canales que tienen ficción
son más exitosos. Esto es responsabilidad del Estado y esta es una percepción
generalizada de los actores. El canal debería ser estatal pero me da la impresión
que no es un canal del Estado porque no abarca la sociedad en su totalidad”.