--R&TA | POLITICA DE RADIODIFUSION
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Opinion

Las paradojas de las soluciones que empeoraron la situación

Dr. Horacio Felipe Martinelli*

A medida que pasa el tiempo sin que se sancione una nueva ley de Radiodifusión, las posibilidades de resolver los problemas que afronta la radiodifusión se apoyan en la gestión eficiente del Organismo responsable de su desarrollo y control, y en la promoción de políticas que permitan superar la crisis que soporta este sector.
Desde esta columna, muchas veces fueron analizadas medidas del Gobierno que encerraban verdaderas paradojas y parecían encaminadas a superar la crisis, pero empeoraban la situación.
En estos días esta en el aire una campaña radiofónica que llama la atención en tono de burla, sobre la situación imperante en las principales ciudades del país, en las que para escuchar la radio se debe mover el aparato o su antena, para sintonizarla correctamente.
Si no hay ideas ni ideales, porque las reglas se cambian según convenga, ni existe la intención de administrar seriamente, lo que tenemos es el caos.
Hace un tiempo se pensó que si se incorporaba en el Plan Nacional de Frecuencias opciones para instalar emisoras de baja potencia irían reemplazando a las clandestinas. Pero el Poder Ejecutivo no cumplió sus propias reglas, y el cambio de partido al frente del Gobierno, modificó las políticas del sector según nuevas conveniencias.
La historia comenzó en los años “de plomo” que encuentra instaladas cientos de señales clandestinas, implementándose políticas provisorias de registro y control.
Más tarde nació el Plan de Regularización del Espectro y se convocaron concursos públicos. Pero fue suspendido a mitad de su aplicación, por el Gobierno de la Alianza, alegando sobornos y complicidades.
Desde entonces cada cual está convencido de poder lograr lo que nadie logra, e instala una emisora donde quiere o modifica los parámetros técnicos. Los juicios se multiplican y también los reclamos al Ejecutivo.
Todos tienen parte de razón y piden que la política se ponga al servicio de la sociedad, y no la sociedad al servicio de los grupos de poder.
Da la impresión que los responsables de controlar y dirigir la radiodifusión, ven este problema como si no estuvieran involucrados en él.
Hay quienes parecen actuar sólo para obtener la aprobación de tal o cual grupo de la sociedad, sin considerar que no hay más espacio para instalar nuevas emisoras. A su vez, el Comité Federal de Radiodifusión y la Comisión Nacional de Comunicaciones tratan de ordenar un espectro radioeléctrico limitado.
Así quienes obtuvieron una licencia para explotar una emisora y ven frustrada su inversión afectados por interferencias, quienes recibieron permisos precarios para funcionar y hace 15 años esperan una licencia, quienes participaron en concursos públicos confiando en que accederían a la autorización les es prioritario exigir la implementación de políticas para resolver los problemas, en vez de tolerar medidas destinadas a perpetuarlos.
Es prioritario exigir normas que resuelvan las cuestiones que impiden el normal funcionamiento de la radiodifusión, pero una vez establecidas nos subordinemos a ellas sin cortapisa, superando las fallas que nos han impedido reencontrar la senda del progreso.


*Especialista en radiodifusión
hfmlaw@hotmail.com

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