Sólo Tango -que opera desde el año 1995- se animó a retomar una parte olvidada de nuestra cultura popular, como era el dos por cuatro, para asignarle una significación diferente.
El tango define al argentino -particularmente a la ciudad de Buenos Aires- como un ser autóctono que en la actualidad hace las veces de embajador itinerante en tierras internacionales. De la mano de Juan Fabbri -vicepresidente ejecutivo del canal y responsable de la programación- Sólo Tango apareció ante los televidentes con una imagen irreverente al presentar una estética inédita. Hasta el momento del nacimiento de esta señal, la cultura tanguera se asociaba a un ámbito cerrado, como los clubes de baile y la escucha hogareña; esto dificultó la tarea cuando hubo que darle una imagen renovada y al mismo tiempo ofrecerlo a un público -que dentro de su especificidad -era masivo.
Fabbri define al tango como "todo lo que es Buenos Aires, todo lo que somos nosotros; está presente en la plaza, en las casas, en nuestra forma de caminar y de vestirnos". Y agregó: "Era necesario sacudir al tango, sacarle el polvillo y el olor a moho, sacarle esa cosa de olvido que tenía".
El objetivo era dotar al canal de una imagen moderna y transgresora para captar no sólo al tanguero tradicional, sino también a los jóvenes, a los intelectuales, a los que no están definidos con un gusto musical en particular y que no vivenciaron la época del furor del tango. Este proceso de definición estilística constituyó una primera etapa de crecimiento.
Y para recorrer un extenso camino, siempre es necesario dar el primer paso, que en este caso consistió en tratar de alcanzar un público rejuvenecido con una estética que lo definiera como un canal musical más parecido a la MTV que a cualquier otra cosa. Este desafío llevó a que Sólo Tango recibiera críticas -pero también halagos- desde todos los frentes. Su director dijo al respecto: "El tanguero a ultranza va a decir que es demasiado moderno y el moderno va a decir que es demasiado tanguero".
Como consecuencia, Sólo Tango recibió una respuesta positiva de los televidentes jóvenes que han incorporado el tango a sus vidas. La explosión se visualizó con el dictado de las clases de baile que se pusieron en pantalla, que encabezaron la lista de los programas favoritos por los abonados del canal. Esto generó un fenómeno paralelo, que redundó en una adhesión masiva a las clases de baile extratelevisivas.
La reinserción social del tango parece ser el efecto más importante de la promoción dada desde los medios audiovisuales. Sólo Tango quiso generar formalmente actividades fuera de la pantalla, convirtiéndose en uno de los responsables de su resurgimiento.
"Nosotros estamos convencidos que hacer televisión para los ojos y los oídos es algo muy caro y complicado; para ello están las películas. Nosotros hacemos televisión para las entrañas" confesó Fabbri a la hora de hablar sobre la estrategia comunicacional de la señal. Siguiendo esta línea, el canal tiene una serie programas que se realizan con una sola cámara y una buena edición de imagen y sonido.
El canal produce íntegramente sus ciclo y pilotos, que conforman casi 5000 horas. Ya no tiene co-producciones ni capital extranjero invertido en sus programas.
Con varios premios ATVC y Martín Fierro, ganados desde que nació la señal, Solo Tango no quiere arriesgarse con producciones foráneas: "Tenemos un compromiso muy grande con nuestra pantalla, y hemos sacrificado presupuesto y ventajas económicas por artística, porque es un producto muy elaborado ligado a las emociones. No cambiaría eso por dinero" explicó Fabbri.