Lopérfido no aportó más novedades sobre el multimedios oficial Página 10
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Lopérfido no aportó más novedades sobre el multimedios oficial
Volvió a aclarar que no se trata de una “mera operación inmobiliaria”. Dijo que cumplió con el no despido de trabajadores y que el Gobierno había vetado la ley de RTA en un contexto de “emergencia”. Los legisladores no ahondaron en preguntas
“El reequipamiento tecnológico del multimedios es la prioridad que en este momento ha fijado el directorio: las cámaras de Canal 7 funcionan de milagro, Radio Nacional tiene equipos de 1950 y Télam está igual que siempre”. Así culminó el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, su presentación ante la Comisión de Comunicaciones del Senado, a la que había sido convocado el 3 de julio para ampliar nuevos conceptos relacionados con el Sistema Nacional de Medios Públicos. Sin embargo, y pese a ser uno de los puntos centrales que tiene en mente el trío presidido por Mario Cella, la |
modernización de los medios del Estado fue de lo que menos habló el funcionario ante los legisladores, en el salón Perito Moreno del ex edificio de la Caja de Ahorro. Los ejes centrales de su discurso se apoyaron sobre numerosas explicaciones a la decisión del Ejecutivo de vetar la ley RTA, el no despido de empleados, la reducción de puestos directivos y la abultada deuda que tuvo que sortear ni bien asumió en Cultura. Más de lo mismo El secretario dijo, ante la presencia de los únicos senadores presentes, Eduardo Angeloz y Pedro del Piero, que “la unificación normativa y jurídica de los tres medios, quitándoles las categorías de sociedades anónimas que permiten el ingreso de capitales privados” aleja para siempre la idea de una eventual “privatización”. Y sobre espantar fantasmas continuó la exposición. “nunca dijimos que los periodistas de iban a cumplir funciones múltiples. Es un sistema que en todas partes fracasó”, expresó a la vez que dejó en claro que hoy cada medio funciona indepen-dientemente y que la multiplicidad de trabajos “nunca existió”. Al mismo tiempo, aseguró que cum-plió con su promesa de no despedir gente. “Implementamos el sistema de retiros voluntarios y nadie puede afirmar que fue forzado a plegarse a él”, reseñó. Se mostró “orgulloso” porque dijo haber logrado el achicamiento en el personal directivo. “Cuando asumimos ATC tenía 5 directores, de los que no quedó ninguno porque lo intervenimos, Télam tenía 5 y Radio Nacional, uno. Hoy de esos 11 quedaron tres: Mario Cella, Daniel Larriqueta y Albino Gómez”, que también circundaban la mesa en el Senado. Como ya lo había explicado en más de una oportunidad, Lopérfido volvió a aclarar que el SNMP es algo “mucho más ambicioso y moderno que una mera mudanza” de medios, en relación a la duda que todavía rondaba sobre el traslado de Radio Nacional a la sede del canal. En realidad, los únicos edificios que serían comunes son los ubicados en el interior del país, ya que entre los tres medios se insumen gastos de alquiler que ahora el Gobierno busca reducir. En este sentido, el funcionario le confirmó a la prensa minutos antes de entrar a la sala, que la situación financiera que se tiene hasta fin de año “es buena”. La previsión va llegar “sin inconvenientes porque las proyecciones nos indican que no hay riesgo presupuestario”, dedujo. Veto por emergencia Pese a conocer al dedillo la sensibilidad parlamentaria en relación con el veto a ley de RTA, Darío Lopérfido no se esmeró en mostrar cautela al momento de justificar la decisión del Poder Ejecutivo de no hacer lugar a una norma consensuada como pocas en ambas Cámaras. “Teníamos diferencias substanciales, pero hubiésemos avanzado sino fuese porque ellos no querían incluir a la agencia Télam en el grupo y además no tenía condiciones subjetivas económicas ni administrativas para encarar el proyecto en ese momento”, deslizó. Y comentó que cuando asumió “me dieron un canal de televisión para administrar sin un centavo para mantenerlo: tuvimos que vetar RTA porque no había manera de ponerla en práctica; fue una medida de emergencia”. Para el funcionario, su preocupación eran los 70 millones de pesos de deuda que salían por todos los costados de Canal 7 y la necesidad de pagar los sueldos de los empleados con “presupuesto cero”. “Si no se conseguía dinero el canal debía cerrar, contaba con 800 empleados, una pantalla bastardeada, sin programación ni anunciantes”, aclaró mientras pergeñaba su último fundamento. “Nunca podría haber conformado un diseño institucional nuevo que a mi juicio y el de las autoridades económicas requería al menos un año para el saneamiento financiero, la reducción de las plantas salariales, achicar puestos en los cargos gerenciales y poner en práctica un sistema de retiros voluntarios”, argumentó con la certeza de haber pasado una prueba no tan rigurosa. |