El gobierno
sigue de cerca a las privatizadas
Primero
el correo, ahora Thales Spectrum
La
CNC absorbió al personal luego de que el Estado decidiera quitarle
la licitación por incumplimiento de contrato. Los usuarios del
éter comenzaron a pagar la tasa en el Banco Nación. Y en
las próximas semanas se sabrá si designan a un interventor
y le dan el control del espectro radioeléctrico a las Fuerzas Armadas
o llaman a licitación.
La
Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), absorbió al personal
de la empresa Thales Spectrum, luego de que el Gobierno decidiera quitarle
la licitación por incumplimiento de contrato. Además, los
usuarios del éter ya comenzaron a pagar la tasa por el uso del
espacio radioeléctrico al Banco Nación.
En las próximas semanas quedará por definir si finalmente
el Estado pondrá un interventor o llamará a licitación
para que nuevamente otra empresa se haga cargo del servicio. Aparentemente
hay posibilidades que el control del espectro radiofónico quede
en manos de las fuerzas armadas, según afirmó a R&TA
una alta fuente del gobierno.
La historia del quite de la concesión comenzó el pasado
26 de enero cuando el Gobierno, a través de una conferencia de
prensa, anunció la caducidad del contrato del grupo francés
por “no respetar los compromisos establecidos”.
“Es un incumplimiento del objeto central del contrato, por eso,
es decisión del Gobierno Nacional no proceder a la privatización
de este servicio”, afirmó el jefe de gabinete, Alberto Fernández,
en dicha oportunidad.
Según las cifras presentadas por los funcionarios en la conferencia,
la empresa gala dejó de hacer las inversiones contempladas en el
contrato de concesión por un monto de 300 millones de pesos (que
equivalían a dólares).
Uno de los puntos cuestionados por el estado, es el monto obtenido de
la facturación a los diferentes usuarios del espacio radioeléctrico.
El negocio de la empresa francesa Thales Spectrum en Argentina consistía
en cobrar por el uso de las frecuencias de enlaces, radiotaxi, transporte,
celulares y de evitar la “piratería” de las señales.
Para el Gobierno, esa facturación fue de 500 millones de dólares.
Aunque diferentes especialistas estiman que, entre 1997 y 1999 se habrían
recaudado alrededor de 1.200 millones de dólares, de los cuales
la empresa recibió un 75 por ciento, es decir, 900 millones.
En el contrato de licitación de la empresa realizado en 1997 por
el entonces ministro de Economía, Domingo Caballo, se disponía
la comisión del 75 por ciento para la empresa. Este número
bajó a un 45 por ciento a partir del 2000, por lo que ahora, resta
saber si se respetó el 55 por ciento restante correspondiente al
Estado.
Además, según el pliego, el dinero recaudado por el grupo
francés debía ser utilizado para amortizar las inversiones
en equipamientos. Para los especialistas en el tema, las inversiones correspondientes
se cumplieron. Sin embargo, son múltiples las denuncias de los
organismos de control que hablan de una “falta de inversiones”
en equipamientos utilizados para detectar el uso del espacio radioeléctrico
sin permiso. Esto se hace con las llamadas estaciones detectoras: Estaciones
móviles, fijas y remotas. Este triangulo detecta al infractor con
un margen de error no mayor a un metro.
Thales Spectrum debía invertir en la compra de 12 nuevas estaciones
fijas (manejadas por personal especializado), 10 estaciones remotas (automáticas)
y 10 estaciones móviles. Esto forma parte de la investigación
oficial, ya que la supuesta falta de la inversiones preestablecidas en
el contrato es una de las causas principales de la baja en la concesión.
La
empresa ya arrastraba denuncias
Las sospechas
en torno al manejo ilegal de la compañía francesa no son
nuevas. A raíz de Lo sucedido, el ministro de Justicia, Gustavo
Béliz, calificó de “un auténtico escándalo”
al proceso de concesión de la empresa y aseguró que lanzará
una investigación para saber si hubo sobornos.
Envuelta ya en escándalos de corrupción en Europa, las desconfianzas
en torno al grupo galo habían sido instaladas por la Sindicatura
y Auditoría General de la Nación, pero recién cuando
la revista francesa Le Point reveló datos aún más
comprometidos, el tema explotó y ganó espacio en los diarios,
radios y canales de TV argentinos. Según la publicación,
la empresa desvió 25 millones de dólares hacia paraísos
fiscales, a cuentas de funcionarios argentinos que fueron sobornados para
que la compañía sea elegida para prestar el servicio.
La revista señaló además que la firma suiza Finego,
supuestamente encargada de asistir a la compañía a cambio
de 135 mil dólares por mes, “parecía asemejarse más
a un encubrimiento que a un servicio prestado”.
Además, Según informó el diario Pagina 12, el grupo
electrónico francés, está desde hace más de
diez años envuelta en el escándalo de la venta de seis fragatas
militares a Taiwán. Los jueces franceses sospechan que Thales,
en su época Thomsom, pagó comisiones a varios políticos
locales para forzar la venta de las fragatas. Según uno de los
jueces que instruye el caso, el total de las coimas se eleva a 950 millones
de dólares.
Desde que Thales se hizo cargo del servicio, las objeciones sobre el cumplimiento
del contrato llegaron casi de inmediato. Primero fue la Comisión
de Comunicaciones de la Cámara de Diputados y poco más tarde
la SIGEN y la Auditoría General de la Nación, que le reclamaron
a la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) que fuera más
dura con Thales. En agosto de 2002, la CNC la multó por casi 1
millón y medio de pesos por «incumplimiento de contrato.
El
gobierno y más compañías en la mira
El caso Thales se convirtió en la segunda privatización
que cancela el Gobierno de Néstor Kirchner. A finales del año
pasado se anuló el contrato de concesión de la empresa de
correos, en manos del grupo Macri, debido al incumplimiento en el canon
mensual que debía entregar al Estado.
El presidente Kirchner anunció que revisará “uno por
uno” los contratos de concesión de las empresas privatizadas
en la década del ’90, mientras que el ministro del interior,
Aníbal Fernández, advirtió que las empresas que no
han cumplido sus contratos, deben “sentir preocupación”.
Esto ha provocado la puja entre el Gobierno Nacional y las compañías
del sector privado, en relación a las tarifas que éstas
cobran por sus servicios. El Presidente, además, continuó
enviando mensajes desafiantes a las privatizadas. Por ejemplo amenazó
a Aguas Argentinas, de capitales franceses y belgas: «Lamentablemente
fue privatizada pero es hora de que aquellos que ejercen la privatización
se den cuenta de que con nosotros no va a haber impunidad; si la quieren
explotar que inviertan, si no vamos a conversar de otra manera»,
afirmó.
La disposición de cancelar el contrato de Thales se tomó
a escasas horas de un importante viaje de Kirchner a España, donde
se dio cita con empresas concesionarias de servicios públicos,
en su mayoría privatizadas durante los ’90, que reclaman
un alza en las tarifas.
Por su parte, las empresas privatizadas aseguraron que ninguna de ellas
siente que “corre con el riesgo” de seguir el camino de Thales.
Según publicó el diario clarín, en otra de las compañías
de servicios públicos señalaron que la rescisión
del contrato de Thales “no generó alarma entre los ejecutivos
de la empresa”.
A su vez, en una distribuidora de energía eléctrica comentaron
que “se trata de un caso puntual de una empresa que presta servicios
que no va directamente al consumidor, no creemos que se trate del comienzo
de una tendencia”.
En general, la mayoría de las empresas privatizadas optaron por
diferenciarse de Thales y descartaron que algo similar pueda ocurrir con
alguna de ellas.
La concesión del control del espacio radioeléctrico fue
cuestionada desde el principio. Sucede que con esa decisión, la
Argentina se convirtió en el único país del mundo
en privatizar un servicio que siempre estuvo en manos del Estado.
En
medio de un clima tenso, el canciller francés visita Argentina
En medio
de la tensión por el caso Thales, el Ministro de Relaciones Exteriores
galo, Dominique de Villepin, visito la Argentina y se reunió con
el presidente Néstor Kirchner. Sólo una horas en Buenos
Aires le alcanzaron para tratar el tema de la baja del contrato, la situación
de Aguas Argentinas y sumar a la Argentina en su estrategia diplomática
en el Concejo General de la ONU.
Su visita, realizada el tres de febrero, comenzó por la mañana
con un encuentro con la colectividad francesa en la Embajada de Francia
y con la reunión, en la casa Rosada con el presidente Néstor
Kirchner.
El diario clarín informó que testigos del encuentro confirmaron
que De Villepin tomó distancia de la ex concesionaria del espacio
radioeléctrico Argentino y señaló que si hay corrupción,
“debe arreglarse”.
Además, en la reunión se tocó el tema de las dificultades
de Aguas Argentinas, cuyo principal accionista es la franco-belga Suez.
El ministro de Economía Roberto Lavagna y el Canciller Rafael Bielsa,
también presentes en la reunión, hablaron de las inversiones
incumplidas, pero se concedió que hay puntos a “revisar”.
Por su parte el canciller galo aseguró que sólo quería
“llevar tranquilidad a ese grupo” y que vino a nuestro país,
a “abogar por los intereses de Francia”.
“Es importante que el Gobierno argentino tenga en cuenta los esfuerzos
realizados por las empresas de servicios francesas en la reciente crisis
económica a la hora de renegociar los contratos de concesión”,
agregó el Canciller.
Repercusión
internacional
“Kirchner
se involucra en una pulseada con los inversores extranjeros”
La medida
adoptada por el Gobierno argentino con relación a la empresa Thales
Spectrum tuvo amplia repercusión en los medios internacionales.
El diario Le Monde de Francia informó que “al anular la privatización
de la onda radioeléctrica, el presidente argentino Néstor
Kirchner se involucra en una pulseada con los inversores extranjeros que
participaron de las privatizaciones de los ’90 bajo el Gobierno
de Menem”.
Otro medio galo, Les Echos publicó que “por segunda vez desde
su asunción, Kirchner anuló los contratos de una empresa
privada. Luego del correo fue el turno de Thales Spectrum, a la que le
retiró la concesión por no respetar los compromisos. El
contrato, firmado en 1997 bajo el Gobierno de Menem, le otorgaba a la
empresa francesa la gestión del espectro radioeléctrico
por 15 años”.
Por su parte, el diario norteamericano Miami Herald, remarcó: “Thales,
el mayor productor de defensas electrónicas de Europa, fue forzado
a ceder el control de las ondas argentinas después de que el Gobierno
dijo que la empresa francesa no honró el contrato establecido.
La decisión del presidente Néstor Kirchner marca la primera
vez que un Gobierno cancela una licencia de una compañía
extranjera desde que la Argentina recaudó más de $ 25.000
millones vendiendo activos”. |