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“La nueva ley es un compromiso que tomé con los trabajadores y con la política”

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Entrevista a Osvaldo Nemirovsci, presidente de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados de la nacion

“La nueva ley es un compromiso que tomé con los trabajadores y con la política”

El representante de Río Negro y máxima autoridad de la Comisión de Comunicaciones conversó con R&TA sobre el polémico artículo 45 de la ley de Radiodifusión, que regula el otorgamiento de las licencias, y aseguró que la nueva reglamentación será tratada antes de fin de año. Además, brindó precisiones sobre los contenidos que debería ofrecer la futura legislación y responsabilizó a la política de dejarse doblegar por “aquellos que durantes 20 años no quisieron que hubiera ley”.

¿En qué estado se encuentra el artículo 45 de la ley de Radiodifusión?

En la comisión estamos trabajando con premura para modificarlo antes de las renovaciones y aperturas de otorgamientos de licencias, para que puedan participar las personas físicas o jurídicas sin fines de lucro -mutuales, asociaciones, ONG - que estaban inhibidas de hacerlo en la redacción original.

En su momento, se planteó que a algunas cooperativas, como las que brindan servicios de fluídos, no se les iba a permitir brindar servicio de radiodifusión...

No me parece que desde lo estructural se defina nada que pueda jugar en contra a la admisibilidad en el medio. Ser una cooperativa no inhabilita para ser propietario de una licencia de radiodifusión, ya sea de servicio público o complementario.
Tomo a la cooperativa en sí misma como una figura jurídica; que tenga capital social no la diferencia de otra de capital accionario - en términos de sus posibilidades de ser radiodifusor -. Sí debería haber alguna condicionalidad en aquellas empresas prestatarias de servicios públicos que no son cooperativas de servicios, por ejemplo las de energía eléctrica, pues tienen ventajas comparativas, cuando se incorporan a la radiodifusión. Pero no vamos a limitar en función de la prohibición, mi idea es que sea el tribunal de defensa de la competencia quien defina estas cuestiones. Es difícil legislar en radiodifusión y meterse en lo económico. Yo no puedo decir si una empresa paga o no ganancias.

Pero muchas veces la Justicia tiene en cuenta el “espíritu de la ley”. ¿Podrán los juristas interpretar claramente cuando existe competencia desleal?

Se va al espíritu del legislador cuando el texto es confuso. Por eso vamos a tratar de tener una redacción precisa, para que no queden dudas en su interpretación.
La idea de esta ley es la apertura en el mercado y la radiodifusión, en función de la democratización de la comunicación y del entretenimiento; que la agenda de la información y de los servicios no la tengan sólo algunos medios. Luego, proteger el derecho humano a la información veraz, que no estaba contemplado en ningún campo y es un derecho del receptor. También, la intención es evitar que haya ventajas en las actividades que no se compadecen con la radiodifusión. Anteriormente existía el objeto único, pero ya no. Desapareció en esta suerte de retacería que es la ley actual, debido a la incapacidad absoluta que ha tenido la política de doblegar a aquellos que durantes 20 años no quisieron que hubiera ley.
Además, vamos a garantizar la multiplicidad de radiodifusores. La idea es ampliar el mercado actual, - siempre que la plana técnica lo resista -. Nadie nos va a obligar a sostener una norma técnica que lo impida. En la medida que podamos, ese es nuestro propósito. Se trata de una cuestión de relación de fuerzas, pero pensamos que el mercado también va a ganar con la nueva legislación. No se puede legislar para el lucro, el lucro es una parte, no el único objetivo de los medios. Por eso pienso por ejemplo, en un Canal 7 retirado del mercado, - si se garantiza el dinero necesario para su funcionamiento -. También es necesario avanzar sobre la TV de alta definición y que la sintonía estatal exporte contenidos.
No llegue acá para no tener una nueva ley, es un compromiso que tomé con los trabajadores y con la política. En este mundo de diversidad de intereses y presiones, muchas veces se confunde la norma general con los contratos bilaterales. Todos van a tener que ceder un poco para tener la ley.

En los debates a veces se observa que cada institución pide para si misma, sin una visión de conjunto...

Esa es la realidad en la que se desenvuelve la radiodifusión en la Argentina. La ley de la dictadura, amén de poseer una fuerte impronta autoritaria, ser anticuada, no comprender ni al negocio, ni a la industria y no garantizar derechos, poseía algo correcto: una definición de un sistema, a partir del cual se legisló. Luego, desde su sanción, se quizo reglamentar sobre lo que ya había; yo en cambio quiero hacerlo desde un proyecto de país: imaginar un sistema de radiodifusión y desde allí legislar. En este sentido, la tarea consta de 3 partes. La primera consiste en diferenciar el artículo 45, la segunda asegurar un sistema nacional de medios públicos y finalmente, una nueva ley de Radiodifusión, sobre la que tenemos un compromiso para que tome estado parlamentario antes de fin de año.

El mes pasado Julio Bárbaro, interventor del COMFER, declaró a R&TA que estaría lista en julio... ¿Hay consenso en elSenado para su tratamiento?

Está conversado. Espero que se pueda lograr.

¿Cómo se garantizará la libertad de expresión en la nueva ley?

Creo que en este tema existe más responsabilidad de parte de los medios de comunicación hacia el receptor, que del Estado hacia el emisor. Me parece que desde la mirada clásica de la libertad de expresión, la de difundir las ideas por la prensa, no hay posibilidades de retroceder. En la Argentina actual es improbable tratar de proceder incorrectamente, como tratar de ejercer una coacción. No hay que confundir los términos, existen periodistas que acusan y hablan de falta de libertad de expresión cuando un medio no los contrata.
Por su parte, los medios privados sostienen que el gravamen que tributan al COMFER es un subsidio, pero cuando no se les pauta publicidad oficial ponen el grito en el cielo. Incluso se quejan cuando el contenido de los avisos no se atiene a pautas oficiales, como puede ser felicitar a los ganadores del torneo de Roland Garros. Cuando en 1952 salía José María Gatica era bárbaro, porque la gente tenía trabajo y los abuelos disponían de plata y paseaban. Ahora se critica debido a la difícil cuestión social.
Entonces, si permitimos poner 60 señales, no habrá posibilidad de ocultar información, pues con la cantidad de radios que existen actualmente, eso no se puede lograr. De hecho, tengo la convicción histórica que de haber existido el cable en los ’70, no hubiera habido dictadura en la Argentina.

Otra cuestión importante es que no se sabe quienes son los dueños de los medios públicos de gestión privada en el país. ¿Se hará algo al respecto?

Precisamente para los primeros días de agosto invitamos a Guillermo Harteneck, presidente de la Comisión de Valores y a Ricardo Nissen, Inspector General de Justicia de la Nación, para que vengan a la Comisión de Comunicaciones y nos aclare de quienes son los medios privados.

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