Brasil
Cierran
radio comunitaria en Porto Alegre
Un operativo
con 12 agentes de Policía y funcionarios de ANATEL (órgano
regulador de las telecomunicaciones del Brasil) clausuró, el 4
de agosto, la Radio Comunitaria de Restinga, ubicada en un barrio pobre
del Sur de Porto Alegre, Brasil.
Los funcionarios se presentaron con una orden judicial del Juez de la
1ª Sala Criminal de Justicia Federal de la ciudad y entraron al local
sin esperar la presencia de los responsables y abogados de la emisora.
Desconectaron el trasmisor y el teléfono e incautaron todo el equipamiento,
según AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias).
Por su parte, la presidenta de la Asociación Radio Cultural y Comunitaria
de Restinga, Marisa Godinho, informó que no recibió ninguna
notificación previa y fue avisada por personas de la propia comunidad
cuando los funcionarios ya estaban en el interior: “Estamos muy
asombrados por la numerosa presencia de policías, una demostración
de fuerza exagerada”, declaró.
A su llegada, un policía federal impidió su acceso al local
y apenas le fue entregada una copia del acta de actuación.
Este es el segundo cierre que sufre la emisora en los últimos dos
años, a pesar de tener en trámite una solicitud de autorización
ante las autoridades. La primera experiencia ocurrió el 15 de agosto
del 2001, cuando ALATEL clausuró la emisora por primera vez y por
el mismo motivo, la falta de permiso o licencia.
Centenares de expedientes se encuentran demorados en todo el país
por el retraso en los procedimientos administrativos, lo cual la convirtió
en una de las trabas para el acceso de la comunidades y grupos ciudadanos
a las frecuencias.
Brasil tiene una de las legislaciones más restrictivas y discriminatorias
en materia de radios comunitarias. Si bien la ley 9612, de 1998, creó
este tipo de emisoras, las estaciones existentes están en una situación
legal muy precaria, debido a la demoras y tiempos en otorgar licencias.
En su definición, la disposición establece que “radio
comunitaria es una radiodifusión sonora, en frecuencia modulada
(FM), de baja potencia (25 Watts) y cobertura restringida a un radio de
1 km a partir de la antena transmisora”.
En cuanto a sus contenidos especifica que deben presentar “una programación
pluralista, sin cualquier tipo de censura, y deben ser abiertas a la expresión
de todos los habitantes de la región atendida”.
Para esta legislación impide el libre ejercicio de la libertad
de expresión al limitar su derecho a trasmitir a solamente un kilómetro
desde el lugar de trasmisión y no autorizar el uso de publicidad
y otros mecanismos de sostenibilidad como sí se admite a otros
operadores.
Además, se permite el uso de una sola frecuencia -de las miles
disponibles en todo su territorio- para toda la radiodifusión comunitaria
del Brasil.
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